Muere Terence Stamp, el inolvidable General Zod de Superman

Terence Stamp, icónico actor británico conocido mundialmente por su interpretación del General Zod en "Superman" y "Superman II", falleció a los 87 años, según confirmó su familia en un comunicado difundido este domingo. "Deja tras de sí una obra extraordinaria, tanto como actor como escritor, que seguirá conmoviendo e inspirando a la gente durante años", expresaron.

Nacido en 1938 en el East End de Londres, Stamp vivió su infancia bajo los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Hijo de un fogonero de remolcador, dejó la escuela temprano para trabajar en publicidad, pero una beca en la Webber Douglas Academy of Dramatic Art cambió su destino y lo llevó al mundo del teatro y el cine.

Un talento aclamado desde sus inicios

Su debut cinematográfico llegó en 1962 con "Billy Budd", dirigida por Peter Ustinov, donde su actuación le valió una nominación al Oscar. Solo tres años después, ganó el premio a Mejor Actor en el Festival de Cannes por "El coleccionista", dirigida por William Wyler. Ese mismo año fue elegido por uno de los más destacados directores del cine británico contemporáneo, Ken Loach, para protagonizar su ópera prima "Poor Cow" (1965), y repitió colaboración con él en la aclamada "Kes" (1969). Stamp era parte esencial del "Swinging London" de los años 60, rodeado de figuras como Julie Christie, con quien tuvo una relación sentimental y compartió pantalla en "Lejos del mundanal ruido".

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Aunque estuvo cerca de convertirse en James Bond tras la salida de Sean Connery, sus ideas para reinterpretar al agente 007 no convencieron a los productores. Esa puerta cerrada lo llevó a buscar nuevos horizontes en Italia, donde trabajó con directores legendarios como Pier Paolo Pasolini en "Teorema" y Federico Fellini en "Historias extraordinarias".

Pero el papel que lo catapultó al estrellato global fue el del General Zod en "Superman" (1978) y su secuela de 1980. Stamp recordó que en ese momento se encontraba en un ashram en la India, explorando el yoga tántrico, cuando su agente lo llamó con la oferta. Aquel personaje, con su mirada fría y voz imponente, se convirtió en uno de los villanos más memorables del cine de superhéroes.

Versatilidad, riesgo y legado

Durante los años ochenta y noventa, Stamp alternó papeles en Hollywood y Europa. Participó en "Wall Street" de Oliver Stone, "En compañía de lobos" de Neil Jordan y "Beltenebros" de Pilar Miró, una producción española que reafirmó su inclinación por un cine sin compromisos. Sin descuidar papeles protagónicos, también destacó en "El Halcón Inglés", una de las películas más experimentales de Steven Soderbergh, y por supuesto, en "Las Aventuras de Priscilla, Reina del Desierto", donde interpretó a una mujer transgénero en una de las comedias más aclamadas de los 90.

En sus últimos años, Stamp se mantuvo activo. Participó en "Valkiria" junto a Tom Cruise (2008), "Destino oculto" con Matt Damon (2011), "Ojos grandes" de Tim Burton (2014) y "Última noche en el Soho" de Edgar Wright (2021). Su filmografía supera el centenar de títulos, donde también hay espacio para la televisión y el teatro.

A lo largo de su carrera, Stamp fue reconocido con importantes galardones, como un Globo de Oro, un Oso de Plata en Berlín, y el premio a Mejor Actor en el Festival de Cine de Cannes. Además, fue nominado al Oscar como Mejor Actor Secundario por "Billy Budd" en 1962, y obtuvo dos premios BAFTA del cine británico.

Más allá del cine, Stamp también fue escritor. Publicó varios libros de memorias que revelan su espiritualidad, sus amores y su perspectiva única sobre el oficio del actor. En 2002 se casó con Elizabeth Rourke, una farmacéutica 35 años menor que él, de quien se divorció seis años después. Sin embargo, siempre declaró que su gran amor fue la modelo Jean Shrimpton, con quien compartió los años más glamurosos de la década del 60.

Terence Stamp no solo supo cómo llevar un traje, como decían los productores de Bond, sino que también supo habitar cada personaje con intensidad, misterio y elegancia. Su presencia, cautivadora desde la primera mirada, fue inmortalizada por el lente de David Bailey y admirada en cada escenario que pisó.

Hoy, el cine despide a un actor de talla inconmensurable. Y aunque ya no esté entre nosotros, su legado vive en cada escena, cada frase y cada gesto que quedó grabado en la pantalla. Stamp fue, sin duda, mucho más que el General Zod: fue un artista completo que nunca dejó de reinventarse.