El problema de identificarlo tan rápido como surge se debe a que la mayoría de las veces aparece entremezclado en manifestaciones de afecto, atenciones y pasión, que llegan a “adormilar” a la pareja, a confundirla, e inclusive a hacerle creer que esas acciones no son ningún tipo de abuso, sino solamente “muestras de atención, amor e interés”; se crean vínculos afectivos y emocionales hasta llegar a una codependencia que es sumamente complicado de romper.
¿Cómo saber si estoy en una relación abusiva?
Primero, vamos a reconocer al abusador:
Es alguien a quien se le dificulta mostrar sus sentimientos
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Es más bien duro e inflexible, tiene muchas rutinas inamovibles
Bebe o padece de algún tipo de adicción
En su infancia sufrió de algún tipo de abuso
Ahora vamos a dar juntas estos tres pasos:
Piensa en todas esas ocasiones en las que han tenido “discusiones” que han llegado a los golpes, las humillaciones, el maltrato verbal o incluso íntimo. ¿Por qué inicia todo el problema? ¿Te amenaza? ¿Te hace sentir culpable? Puede ser que tus hijos sean el medio por el cual te mantenga atada a él, o tal vez ya lastimó a alguno de los niños.
Si estas peleas o discusiones se repiten periódicamente y en medio de éstas hay temporadas de afecto, de mucho amor, regalos y momentos en los que en verdad te hace sentir como una reina, pero luego regresan los golpes, los insultos y se repite una y otra vez por más que te prometa que cambiará.
Puede ser incluso que ya hayas intentado dejarlo, que hayan asistido a terapia conyugal, que lo hayan intentado pero nada cambia, o hasta empeora. Es tal el ciclo de abuso que ya has aprendido a cubrir los moretones, a justificar tus ojos hinchados y hasta tu constante tristeza.
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Si te reconoces en estos tres puntos, estás en una relación abusiva, sin lugar a dudas.
Ahora, ¿cómo salir viva de ella? Sigue estos tres pasos:
1. Toma decisiones serias
El cambio de un abusador es posible con mucha voluntad, supervisión y terapia, pero quienes lo logran en verdad son una excepción. La gran mayoría de abusadores no cambia, y son los culpables de que aumenten las cifras de violencia doméstica y, por desgracia, de feminicidios.
Por lo tanto, si temes por el bienestar de tus hijos, por su seguridad y tu vida y la de ellos, tal vez sea tiempo de abandonar la relación en serio.
2. Busca ayuda
Una de las características de un abusador es que “aísla” a sus víctimas de tal manera que cuando busque ayuda no haya nadie cerca que pueda auxiliarlo. Por consiguiente, busca a tu familia de nuevo, a amigos, a algún vecino, incluso a alguna asociación civil, privada, religiosa, femenina o legal; hay muchas instancias que saben cómo apoyar a mujeres y hombres que viven esta misma situación.
3. Procede legalmente
Este paso es el más difícil de dar, pues muchas mujeres temen enfrentar a su victimario por temor a represalias y, por ende, solamente buscan huir y desaparecer. Denunciar es el primer paso para cuidar a otras mujeres que sean víctimas de abusadores.
Sin lugar a dudas, estar en una relación de este tipo nunca será fácil ni para quienes te rodean, tus hijos y tú misma; créeme, sé de lo que hablo, pasé por ahí y puedo decirte que es posible salir sana y disfrutar la vida.
Te deseo la felicidad, la mereces, nunca lo vayas a olvidar.