Los modelos de pareja

Estos modelos no tienen que ser aplicables solamente a una pareja, sino que a distintas personas con las que nos relacionamos 

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elsalvador.com

Por Texto: EFE Fotografía: EDH

2016-06-04 2:00:00

¿Cómo detectar si duerme con un manipulador? ¿Es mi modelo de pareja el más adecuado? ¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías en la relación? Mila Cahue es psicóloga de pareja y hace un análisis que engloba diferentes expertos que ofrecen consejos para ser más felices.

Las alternativas en las relaciones de pareja son muchas y, en ocasiones, no se sabe qué camino seguir. Es cierto que la idea del amor es confusa, pero hay que saber que es un traje a medida y que no existen unas pautas universales.

Prototipos de relación

Hoy en día, lo que se está intentando es generar distintos tipos de parejas, formas de convivir, maneras de plantearse la relación y de abordar el amor. Según Mila Cahue, los prototipos más frecuentes son:

– Ni en tu casa ni en la mía: aunque no estén conviviendo juntos, pueden ser una pareja bastante bien formada y con compromiso, pero que, por la razón que sea, no les compensa o no quieren vivir bajo el mismo techo.

– Respeto de espacio: cada persona tiene trabajos distintos, pero se respetan el uno al otro. “Hay que intentar que haya espacios comunes, aunque tengan ya los miembros de la pareja sus amigos, su trabajo y, en definitiva, su espacio individual”, afirma la psicóloga.

– No importa la edad: se da tanto si los dos son muy mayores como si la diferencia de edad entre ambos es grande. “Ahora mismo hay muchas parejas en consulta en las que ella es mayor y puede funcionar muy bien”, aclara Cahue.

– Estar soltero: hay mucha gente que tiene la preferencia de estar solo. “Antes se consideraba extraño que a alguien le gustara esta forma de vida, pero es algo totalmente normal. Está considerado como un modelo afectivo sano”, añade.

– ¿Hijos o no?: es un tema que hay que abordar cuanto antes, ya que tenerlos o no es un negocio. “O se quiere o no y, por muy bien que se lleve la pareja, con este tipo de cuestiones hay que plantearse si seguir adelante o no”, asegura la experta.

Durmiendo con un manipulador

En un principio, es muy difícil distinguir si corre por las venas de alguien la manipulación, ya que son estos los grandes profesionales de la mentira y del engaño. La primera fase de enamoramiento no es la ideal para detectarlo. Sin embargo, sí se puede hacer cuando la relación va avanzando y se puede comprobar si lo que dice y después hace coincide, si lo que promete es lo mismo que después cumple.

“Disfrazan las mentiras y se encargan de manipular de manera profesional el componente afectivo de la relación para que su pareja tolere todo lo que haga”, remarca la especialista.

Mila Cahue da unas pistas con las que se puede saber si una persona tiene o no el don de la manipulación: 

Tiene bastante prisa a la hora de adquirir un compromiso. 

Cuenta con mucho interés en que su pareja adquiera compromisos legales con ellos. “Lo ponen como algo muy romántico, pero resulta ser todo lo contrario”, explica. 

Hay cosas que no están muy claras, ya sea en sus amistades o en sus trabajos. “Al principio no se puede saber con certeza y ellos construyen un escenario muy creíble, pero con el paso del tiempo se descubre que es una farsa”.

El problema de los que tienen estas características es que se convierten en la pareja ideal, es decir, tienen una gran capacidad para ver lo que la otra persona quiere y entonces se transforman en la persona perfecta.

¿Amor “en línea”?

Las nuevas tecnologías son solo un instrumento, pero no la base en la que se asienta la relación. Y, como sucede con todos los instrumentos, se pueden utilizar para bien o para mal. 

“Ahora mismo, la gran parte de las infidelidades tienen como causa las nuevas tecnologías. Casi nadie te dice: “he encontrado la factura de un hotel en su cartera”, sino que se descubren con mensajes en el móvil o llamadas extrañas”, destaca.

Sin embargo, un buen uso puede llegar a potenciar mucho las relaciones, pues es muy fácil llegar a acuerdos rápidos o sorprender de alguna forma. “Si se tiene imaginación, las nuevas tecnologías pueden afianzar mucho una relación”, dice Mila Cahue.

Las claves del corazón

Para tener una buena relación, conocerse a sí mismo es esencial, así como saber lo que uno quiere y qué es lo que le hace feliz. Cuando se está con una persona, tiene que tener la capacidad de analizar bien cómo es la otra persona, qué es lo que la hace feliz y saber analizar si la otra persona es capaz de hacernos felices a nosotros mismos.

La clave está en que los dos miembros de la pareja se sientan queridos mutuamente. 

Además, la comunicación y el sentido del humor son dos aspectos que deben estar presentes en todo momento para no caer en el abismo del aburrimiento.

Hay que saber distinguir qué conductas son amor y cuáles no, como puedan ser la dependencia, el chantaje, la sumisión o la manipulación. Si llama amor a algo que no lo es, difícilmente podrá tener una relación en la que el sea esto lo que deje huella”, concluye.

A tener en cuenta

El amor del bueno no tiene nada que ver con el sufrimiento, sino que cuando alguien experimenta una buena relación de amor o está siendo bien amado, es una persona que está creciendo y que está plena y satisfecha.

Hoy en día, las comunicaciones son tan inmediatas que hacen que los más controladores tengan dinámicas de control con su pareja. Detrás de cada “cuánto te quiero” está un “con quién estás o qué estás haciendo”.

“Cuesta renunciar a la pareja ideal y es complicado asumir que ha sido todo una puesta en escena”, asevera la psicóloga.

Estos modelos no tienen que ser aplicables solamente a una pareja, sino que puede que, con distintas personas con las que se esté, llevemos la relación de otra forma según lo que quieran las dos personas en cada momento.