La resiliencia ha sido el motor de cientos de personas con discapacidad. Esa forma de transformar las adversidades en momentos enriquecedores describen a estos seres humanos que han afrontado contextos adversos, sobre todo en sociedades que nunca han atendido sus necesidades.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2011 habían más de 1,000 millones de personas en el mundo con alguna forma de discapacidad. “La falta de atención en servicios de salud, la inaccesibilidad de los servicios de transporte, los edificios y las tecnologías de comunicación” son situaciones con las que deben lidiar día a día millones de personas.
Algunos personajes que han marcado la historia de la humanidad, como Stephen Hawking, Hellen Keller, Vincent Van Gogh, Christy Brown, Frida Kahlo, se enfrentaron a entornos similares. Ellos fueron reconocidos por dejar un legado, sin embargo, brillaron porque sus obstáculos físicos no fueron ningún freno para crear piezas extraordinarias de música y pintura, establecer récords deportivos, aportar con significativos estudios científicos, entre otras cosas.
Esa determinación que tuvieron para “convertir las dificultades en oportunidades de crecimiento personal, de quitarse los miedos, acostumbrarse a la crítica, experimentar la soledad y tristeza, permitirse sentir dolor y sobreponerse” los hizo resilientes.
Desarrollar esta singular característica es un proceso único e individual, para muchos será más complejo, otros flaquearán y pensarán que es imposible salir adelante y para otros será más fácil construir dicha fortaleza. Como lo explican los psicólogos, la resiliencia en las personas con discapacidad implicará “la propia responsabilidad y tiempo en el que se debe mantener la búsqueda constante de la creatividad”.
La familia y los amigos son excelentes pilares para continuar esforzándose, luchando… teniendo esperanza. Pero el éxito de lograr crecer, destacar y salir adelante se encuentra en la energía interior, en creer que todo es posible de alcanzar y en saber que la verdadera limitante radica en la forma de afrontar situaciones adversas.
“No puedes permitirte estar discapacitado en espíritu a la vez que físicamente”, expresó un día el científico estadounidense Stephen Hawking, alguien que ha pasado más de la mitad de su vida en una silla de ruedas, pero quien en esa frase define lo inquebrantable que puede ser una persona.
Todo, absolutamente todo, se puede lograr si hay empeño, coraje y determinación en el corazón del ser humano.