Comer en familia es clave para la salud

Este hábito del hogar se está perdiendo, afectando tanto la salud física como emocional

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elsalvador.com

Por Maricris De la o tendencias@eldiariodehoy.com

2016-05-16 7:00:00

Compartir los alimentos en familia es cada vez más complicado por el ajetreo de la vida, pero no es imposible. Este hábito se ha perdido en la mayoría de hogares o se ha cambiado el comedor por sala o la habitación. 

Especialistas coinciden en que comer en familia ayuda tanto a la salud física como emocional. La psicóloga Isabel Camarena explica que el hábito permite estrechar los lazos familiares a través de la comunicación, en donde se expresa el sentir de cada integrante.

“En la familia se comparte. Es allí donde los niños deben aprender a participar, a expresar, a escuchar, a respetar y a interesarse por el otro”, puntualiza la psicóloga.

Camarena, quien es vocera de la campaña “Familias Reales”, sostiene que esta tradición crea un sentido de pertenencia, lo que disminuye la tendencia a las adicciones. Dicho beneficio es respaldado por diferentes estudios científicos.

La doctora Pilar Riobó, especialista española en endocrinología y nutrición, asegura en uno de sus artículos que el comer en familia reduce el riesgo de que los niños fumen, ingieran alcohol, drogas o que presenten alteraciones psiquiátricas con riesgo a suicidio.

Ambas coinciden en que para compartir los alimentos es necesario apagar el televisor, los teléfonos y cualquier otro distractor.

Una costumbre cada vez más usual es que cuando uno come o se toma un café las personas están chateando o revisando el teléfono, lo cual es una falta de respeto para la otra persona, según Camarena, quien añade que una persona no puede hacer dos cosas a la vez. 

“Hay que retomar los hábitos del pasado, antes de la televisión. Los padres deben encausar la alimentación, explicando a los hijos que es necesario el compartir en familia. Además se les debe incluir en la elaboración de alimentos, en el poner la mesa, retirar los trastos y lavarlos”, añade Camarena.

Riobó expresa que los niños que comen con sus padres tienen una mejor autoestima y desarrollo cerebral, por lo que obtienen mayor rendimiento escolar.

En su artículo la doctora española publica: “La interacción con la familia puede ayudar a construir las 5C: conexión con amigos y familia, carácter, cuidados, competencia y confianza”.

En cuanto a la salud física, estudios demuestran que compartir los alimentos en el hogar es un factor protector de la obesidad, apunta Riobó. Según Camarena, lo anterior se debe a que al comer en casa los padres supervisan los alimentos que se ingieren, ofreciendo una dieta balanceada.

Un estudio de la revista Pediatrics demuestra que compartir tres o más comidas en familia por semana reduce en un 12 % la probabilidad de sufrir sobrepeso, y un 35 % de presentar trastornos de la conducta alimentaria, recuerda Riobó. El tiempo y las responsabilidades actuales son un factor problemático, por ello las especialistas recomiendan la programación familiar. Camarena asegura que lo ideal es compartir al menos una comida al día, pero sino las comidas de fines semana. “Hay que agendar todo, la familia es lo primordial y necesita tiempo”, agrega.

Tendencias en la región

“Familias Reales” es una campaña de la iniciativa Sistema Coca-Cola, para lo cual realizó un estudio en Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Guatemala sobre la temática de comer en familia. 

En los países encuestados menos del 50 % de las familias comen en familia. La psicóloga cree desde su experiencia que en El Salvador menos del 25 % de las familias comparten los alimentos en familia. 

El hábito debe durar mínimo 40 minutos. “Cuanto más tiempo se comparta más fuerte será el lazo, cuando nuestros hijos crezcan ese hábito efectivo ya estará establecido y cuando nosotros ya estemos viejitos ellos nos harán participes de sus familias”, finaliza Camarena.