El grafiti es un arte que por años se mantuvo dentro de la cultura “underground” de El Salvador, aunque con el tiempo ha cobrado vida en las calles de San Salvador gracias a distintos a artistas que poseen el talento de convertir un muro en base para crear mundos increíbles.
Uno de estos artistas es Marcelo Machuca, mejor conocido como “Echo”. El arte de este grafitero de 28 años ha sido bien recibido por el público, ha ganado reconocimientos en el Juventour y el Festival de la Juventud de Santa Tecla. Además, ha sido invitado a diferentes eventos a nivel centroamericano.
“He pintado desde kinders, bares, gimnasios, lavanderías… al principio me daba un poco de miedo no dar el ancho en lo que me pedían, a veces te piden cosas muy difíciles o que nunca has hecho y se torna complicado”, comentó el artista, quien trabaja en esto desde el 2009.
El grafiti es malinterpretado en muchas ocasiones, en el país es considerado erróneamente por algunos como sinónimo de delincuencia. “La paranoia es parte del diario vivir y es casi normal que las personas o la policía tilden de delincuente a cualquier joven, y ahora no se diga si este está pintando con un aerosol y no con un pincel”.
Son pocos los grafiteros que reciben una educación formal, pero eso no resta el talento de estos dibujantes que recurren a estudios adicionales con el ánimo de superarse.
“Tres años después de haberme metido en el viaje del grafiti me empezó a interesar poner mis diseños en camisetas y generar ingresos… me metí a clases de serigrafía en el Cenar… saqué un curso especializado en grabado y cursé materias de teorías del color y dibujo”.
El sueño de este artista es traspasar fronteras con sus diseños, por el momento plasmados en murales de todo San Salvador.