Periscope: Hay vídeos que merecen sobrevivir más allá del límite de 24 horas

La relevancia del contenido de la grabación podría determinar la duración de la misma. A solo cinco meses, la aplicación es un éxito.

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elsalvador.com

Por EFE

2015-09-14 6:00:00

Periscope, la aplicación de Twitter para emitir vídeo en directo desde un teléfono móvil, sólo almacena las emisiones de los usuarios durante 24 horas, pero sus creadores creen que alberga vídeos de tal relevancia que merecen sobrevivir a ese límite.

“Hay piezas de contenido que sin duda merecen perdurar. (…) La pregunta es cómo conseguir el equilibrio entre mantener la originalidad y la naturalidad que nace de saber que no estoy creando un repositorio vital y, por otra parte, cómo salvo de forma más sencilla ese tipo de contenidos relevantes”, explicó su fundador, Kayvon Beykpour.

Según Beykpour, el carácter efímero de las emisiones motiva a los usuarios a ser más activos.

“El límite de 24 horas hace que la gente se sienta más cómoda compartiendo porque no ve el uso de Periscope como la construcción de un repositorio, como la transcripción de una vida grabada en vídeo. Si los vídeos no fueran efímeros, las personas serían más reacias a la hora de mostrar momentos triviales, sentirían más presión para producir los contenidos”, continuó el directivo.

Ahora bien, dicho esto, matiza que hay vídeos que merecen sobrevivir a esas 24 horas por su relevancia, como por ejemplo aquellos que han mostrado a refugiados sirios cruzando la frontera de Serbia. Beykpour concede que el equipo de Periscope está buscando la manera de encontrar un equilibrio entre los dos extremos, aunque recuerda que ya existe la opción de guardar el contenido en el dispositivo desde el que se graba.

“El periodismo fue nuestra fuente de inspiración, pero diseñamos Periscope para que fuera usado en un amplio rango de casos”. Y considera que la buena acogida del “streaming” en directo -10 millones de usuarios se han registrado en la aplicación desde marzo- se debe a dos factores, uno técnico y el otro de costumbres