Si va a manejar, deje a un lado el celular

Sin correo electrónico, mensajes de texto o llamada telefónicas. No vale la pena poner en riesgo a mi familia con una conducción distraída.

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elsalvador.com

Por Erin Stewart, Deseret News

2015-08-02 9:44:00

Cuando usted mira a su alrededor en los semáforos en estos días, es muy raro encontrarse con los ojos de otro conductor, ya que suelen tener la mirada fija en algún tipo de teléfono o tableta. Soy culpable de parar rápido al comprobar la luz de parada, e incluso he recibido el bocinazo enfadado de la persona detrás de mí, porque no me di cuenta de que el semáforo se puso verde.

Pero esta semana desde el asiento del pasajero, vi como mi marido sacó su teléfono celular para un chequeo rápido durante la parada del semáforo, y luego comenzó a rodar en la intersección cuando el semáforo se puso en verde, con el teléfono todavía en la mano y sus ojos en él.

Yo, tranquilamente, le pedí que dejara el celular. OK, puede que haya gritado acusadoramente: “¿Estás bromeando? ¿En serio estás mirando el teléfono mientras manejas?” Yo estaba horrorizada de que, aunque sea por unos segundos, sus ojos no estaban puestos en la carretera.

Claro, yo veo a la gente todo el tiempo, por inercia, por la carretera con un teléfono celular apoyado en el volante para que no tener que perderse un milisegundo de mensajes de Facebook de hoy; pero, me estremecí, al pensar en mis hijos que estuvieran en un auto con un conductor distraído.

Después me calmé y retraje mi dedo acusador, pensé en todas las veces que he sido culpable del mismo comportamiento. Una revisión rápida del celular en un semáforo, se acaba convirtiendo en un chequeo de seguimiento durante un tráfico lento. Una alerta de mensaje de texto me distrae, cuando la busco en mi teléfono mientras manejo, sólo para ver de quién es.

Incluso una llamada del teléfono móvil me hace tomarlo en mis manos, con los ojos y la mente lejos de la tarea en cuestión: conseguir que mi familia vaya de manera segura desde el punto A al punto B.

Un nuevo video publicado esta semana de AT&T, con la campaña “Se puede esperar” me recordó la rapidez con que esas miradas pueden convertirse en catástrofes. Si no lo has visto, échele un vistazo a ‘itcanwait.com’. En el vídeo se sigue a un hombre y una mujer a través de sus rutinas de la mañana en sus coches.

Cuando están pasando por su ruta habitual, la mujer mira hacia abajo brevemente a su teléfono para leer un comentario acerca de una foto publicada de su hija. En ese segundo, ella se desvía ligeramente de su carril, golpea la camioneta del hombre en el otro carril, y voltea su auto varias veces.

Es un vídeo convincente, sobre todo para una madre que siempre tiene niños en su asiento de atrás, y está tratando de realizar varias tareas mientras maneja. Es fácil para mí ver el error y juzgarlo cuando son otras personas las que van en el auto, con un ojo en la carretera y un dedo en el botón de enviar.

Es muy tentador, para racionalizar y justificar, que dado que no estoy mandando o leyendo mensajes de texto, mientras manejo, está todo bien. Puedo justificarme por el hecho de que simplemente tengo que comprobar una cosa, muy rápido, y puedo dejar de prestar atención mientras lo hago. Lo tengo todo bajo control. Hasta que dejo de hacerlo o tenerlo.

El hecho es que nadie es invencible cuando se trata de manejar distraído. Un conductor cualquiera, él o ella, quita sus ojos de la carretera mientras se ocupa de los mensajes de texto durante un promedio de cinco segundos.

Viajando a 55 millas por hora, eso es más o menos el tiempo suficiente para cubrir la longitud de un campo de fútbol, de acuerdo con la campaña “Stop the texts. Stop the wrecks” (Para de textear. Para de destrozar). E ir a buscar un teléfono, marcar, realizar mensajes de texto, y otros usos de los dispositivos portátiles, multiplica el riesgo de tener un accidente por tres veces.

Esos son riesgos que no estoy dispuesta a correr con mi preciosa carga; que, por cierto, son mucho más agradables cuando no estoy diciendo: “Espera un segundo, mamá sólo tiene que comprobar una cosa”. Mi marido y yo estamos recomendando dejar los teléfonos detrás de un volante.

Algunos de los trucos que estamos utilizando son poner los teléfonos (o todo mi bolso) en el asiento de atrás, y desactivar todas las alertas en los dispositivos, hasta que nos estacionamos. AT&T también ha sacado varias aplicaciones para frenar la conducción o el manejo distraído.

Una aplicación silencia todos los mensajes de textos cuando su auto está viajando a más de 15 millas por hora, y envía una respuesta automática dejando que el redactor del texto sepa que está al volante. Cualquier manera de mantener la concentración en el volante, sólo hágalo.

Para mí, lo fundamental es que tengo dos niñas en el asiento trasero que confían en mí para mantenerlas a salvo. Ningún mensaje, ninguna llamada telefónica, ningún texto, ninguna búsqueda, ningún correo electrónico, es más importante que eso.