Mi hijo no puede dormir ¿qué hago?

El insomnio infantil es causado en un 80 % por los malos hábitos, que son a su vez aprendidos de los padres

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elsalvador.com

Por Alfredo García Twitter: @allfogarcia

2015-03-14 7:00:00

Los niños aprenden todo de sus padres y de los adultos que los rodean, y esto incluye la forma de dormir y la calidad de su sueño.

Cuando un pequeño tiene problemas para ir a la cama, que es difícil levantarlo por las mañanas para ir a estudiar, ronca o se despierta muchas veces durante la noche y le es difícil volver a dormirse, lo más seguro es que sus padres están haciendo algo mal.

Según la doctora Elena Majano, especialista en medicina del sueño y movimientos anormales en el Hospital de Diagnóstico, el 80 % de todos los trastornos de sueño en niños se debe a malos hábitos.

“Los niños deben tener una rutina para dormir, horarios establecidos para hacer deporte, cenar, etc. Para un niño de 7 años, por ejemplo, la cena no debe ser más allá de las 6:30 de la tarde para ir preparando el cuerpo y así, a las 8:00 él tiene que estar en la cama”, explica Majano.

“Si un niño de 7 años se acuesta a las 9:00 o más tarde, está siguiendo la rutina de sueño de sus padres, lo que no es adecuado para los menores”, advierte.

Tecnología y descanso

El uso de celulares, tabletas, videojuegos y computadoras en las últimas horas del día también es otro inhibidor del sueño, tanto en niños como en adultos.

“Hoy los niños están expuestos a una sobrecarga de información y estimulación. Esto se puede traducir es irritabilidad y en dificultad para dormir, pesadillas, y despertares durante la noche”, describe la especialista.

Las consecuencias de que un menor de edad no tenga un descanso adecuado son graves, tanto a corto como a largo plazo.

Según el libro “Duérmete niño”, del Dr. Eduard Estivill, entre estos efectos negativos se encuentran: dificultad de aprendizaje, deficiencia de la memoria, alteración de las habilidades de planificar y tomar decisiones, mayor irritabilidad y dependencia de los cuidadores, modulación deficiente del afecto y trastornos en los hábitos alimentarios.

También se pueden presentar dolores de cabeza e intestinales, retraso de crecimiento (en casos graves), agresividad, hiperactividad y falta de control de los impulsos.

Uno de los factores más importantes en el insomnio infantil es la alimentación.

“El niño debe tener una cena liviana pero sustentadora y nutricional para su edad. Si es muy sensible a las bebidas con soda, los dulces y los chocolates, entonces se deben restringir después de las 4:00 de la tarde”, indica la Dra. Elena Majano.

En este sentido, también se deben evitar las gaseosas, el café, y cualquier bebida que contenga té verde especialmente en las últimas horas del día.

Otra causa de insomnio infantil, aunque menos común, es cuando el niño tiene las amígdalas muy grandes, lo que le provoca ronquido e interrupción del sueño durante la noche.

“Los ronquidos y las asfixias no son normales. Se deben a adenoides (masa crecida localizada en la nasofaringe) y amígdalas grandes. Son problemas obstructivos que provocan ronquido. Roncar, aunque sea común, no es sano en niños, adolescentes ni en adultos”, dice Majano.

Otro síntoma de que una persona tiene problemas para respirar mientras duerme es que se despierta dando patadas o con la sensación de asfixia.

En este caso, lo mejor es que los padres lleven a su hijo al pediatra para descartar que esta sea una causa de insomnio. O de ser necesario, el médico procederá a retirar las amígdalas para procurar mejor respiración del menor.

Errores de los padres

El libro “Duérmete niño” enumera algunos de las principales equivocaciones que comenten los padres, especialmente los primerizos.

En primer lugar, los papás no deben acostumbrar a sus hijos a dormir con ellos en la misma cama ni habitación.

Los menores deben habituarse a tener su propia cama y espacio desde recién nacidos. Además así se fomenta la independencia emocional y la seguridad de los pequeños.

Otro error es acostumbrar al recién nacido a dormirse en los brazos de la madre. En este caso, la Dra. Majano aconseja que cuando la madre esté amamantando al bebé y se quede dormido, siempre se debe “medio despertar y luego llevarlo a su cuna. Así se acostumbrará a dormir en su espacio”.

La costumbre de dormirlo con pecho, meciéndolo o paseándolo hará que el bebé se acostumbre a que el momento de dormir debe tener cualquiera de estas situaciones.

Tips para que duerma mejor

Hay que enseñar a los niños a dormirse solos y que desarrollen la capacidad de que a pesar de despertar por la noche puedan volver a conciliar el sueño. Una técnica es a través de los “muñecos consoladores” o “artículos consoladores”, que puede ser una manta, una almohada o un peluche que siempre esté cerca de él al momento de dormirse (no lo debe usar para jugar a otra hora). Esto hará que el pequeño asocie este elemento con el momento del sueño y le ayude a dormirse nuevamente.

El tiempo para educar a los niños para crear patrones de sueño es hasta los cinco años porque después empiezan a tener los bloques de sueño como los adultos. A partir de los cuatro años la mayoría de niños no necesita siesta.

Es necesario enseñar a su bebé a que se duerma él solo cuando está física y emocionalmente preparado para ello. Generalmente, esto ocurre en algún momento entre los 4 y los 6 meses.

Se recomienda seguir una rutina para irse a dormir cálida y cariñosa, y luego poner a al bebé en la cama despierto y dejarlo solo (aunque llore) durante periodos de tiempo cada vez más largos.