Compatriotas damnificados por incendio quedan a la deriva

Las autoridades de Hempstead desalojaron del albergue a 250 personas, entre ellas 46 salvadoreños, que perdieron todo tras un incendio en el complejo de apartamentos donde vivían. Activistas comunitarios organizaron una maratón musical para recaudar fondos y ayudarles.

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FOTO EDH/ARCHIVO

Por Carmen Molina Tamacas - corresponsal en EE.UU.

2013-02-17 11:00:00

“Sí, ya salimos”. Desconsolada, Elba Sorto contó cómo hoy por la tarde su familia fue desalojada del albergue donde permaneció más de una semana tras perder todas sus pertenencias en un incendio.

Ella, su esposo e hija vivían en el edificio 15, uno de los dos de un complejo ubicado en la Avenida Fulton de Hemsptead que han sido clausurados por las autoridades ya que quedaron inhabilitados por el fuego que se desató en la mañana del sábado 7 de febrero.

De forma provisional, unas 250 personas, entre ellas unos 50 salvadoreños –entre niños y adultos- fueron instaladas en el gimnasio del centro recreativo Kennedy; sin embargo recibieron la orden de desalojo hoy (domingo) al mediodía.

“La Cruz Roja hasta demasiado ha hecho por nosotros”, explicó la compatriota, al referirse al apoyo que les dio la organización humanitaria desde el incendio. Ahora, cada quién deberá buscar dónde vivir.

Hoy ha sido un día “movido” en Hempstead, uno de los asentamientos de salvadoreños más importantes de la costa Este de Estados Unidos. Mientras los damnificados vivían con tensión e incertidumbre por el desalojo inminente, se realizaba el funeral de Guadalupe Ramírez (37) y su hijo Fernando (ocho), las dos víctimas mortales del incendio; asimismo activistas cívicos realizaban una maratón para recaudar fondos.

“Algunos se fueron al funeral de Lupita, pero nos hicieron firmar que si salíamos ya no podíamos regresar. No sabemos qué vamos a hacer”, dijo.

En la maratón, en la que artistas latinos donaron su talento para entretener a los donantes, algunas personas expusieron su disponibilidad para albergar a damnificados en su casa.

“Estamos buscando cuartos” para ayudar a las familias desamparadas, indicó Saúl Linares, uno de los activistas que coordinó la actividad.

Al cierre del evento, realizado en el local “Relax Lounge” –ubicado frente a los edificios quemados- se contaron en total $6,048.59 y donativos de ropa y enseres de primera necesidad. Todo será repartido entre los damnificados en los próximos días.

La tragedia

En la madrugada del sábado 9, cuando gran parte de la costa Este de Estados Unidos lidiaba con una tormenta de nieve histórica, un incendio se propagó desde el tercer piso del edificio 17, uno de los cuatro inmuebles que integran el complejo ubicado en calle Saint Paul y la Avenida Fulton. Éste está habitado especialmente por inmigrantes centroamericanos que pagan un promedio de $1,300 a $1,700 mensuales por el alquiler.

El fuego se originó en el apartamento donde vivía Guadalupe Ramírez con su familia. Su hijo Fernando murió carbonizado y ella no resistió la intoxicación por el humo. De acuerdo con medios de comunicación locales, la madre de Guadalupe, Ana, ha contado con el apoyo económico de la organización Strong Youth, pero solicita ayuda para comprar medicinas, ropa, camas y útiles de primera necesidad para sus nietos sobrevivientes, Abby, de seis años, Withney, de 14 y Kenny, de 16.

El cónsul salvadoreño en Long Island, Dagoberto Torres, confirmó que se ha reunido con el alcalde de la Villa de Hempstead, Wayne Hall, para abogar por los compatriotas damnificados; “pese a que la gran mayoría son indocumentados tienen derechos universales que deben ser respetados”, expresó.

Las peticiones están encaminadas a hacer cumplir las condiciones mínimas de seguridad -en éste y otros complejos de apartamentos habitados por inmigrantes- las cuales eran irrespetadas pese al pago puntual de las rentas. Es lo más que el Consulado puede hacer, afirmó; pese a que ha sido aprobado un fondo económico para el Consejo Nacional para la Protección y Desarrollo de la Persona Migrante y su Familia (Conmigrantes) no se cuenta con apoyo en efectivo para este tipo de casos.

En la maratón musical participaron agrupaciones como Sonido Fénix, Korsel de Guerrero, Guanacos Band, Las Chicas Fenix, La Chiqui Baby, Rancheritos del Norte, Nueva Visión, DJ German, DJ Freddy, DJ Catracho, DJ El Patrón, Alondra en Vivo, Jy’s Production, Little C y El Temo.

Futuro incierto

“No puedo dormir y eso que ya estoy en mi camita”, expresó Marlen Rivera en su muro de Facebook. Ella, su esposo y dos hijos en edad preescolar, logaron resguardo donde una amiga tras ser evacuados. Ellos viven en el edificio 11 y fue hasta ayer (viernes) que les dieron autorización para regresar. Esta semana ha sido como vivir una pesadilla, más que todo porque los niños han estado enfermos.

Como ella, decenas de residentes se enfrentan con la necesidad de reinventar sus hogares y pertenencias, dañadas por el humo y el agua. Eso será más difícil para quienes perdieron todo y carecen de empleo.

Luis Méndez es otro activista salvadoreño que se ha movilizado para ayudar a los compatriotas que en esta oportunidad atraviesan por esta mala situación.

Por su experiencia como bombero, paramédico y ex funcionario del condado de Nassau, ha organizado la información de los afectados y gestionado ayuda legal para éstos, con el apoyo del vicealcalde y el fideicomisario de la Villa de Hempstead, Henry Conyers y Livio Rosario, respectivamente.

Según Méndez, entre los salvadoreños hay 23 hombres, de los cuales 14 no tienen trabajo. Ellos se han ganado la vida en cocinas, controlando plagas y la construcción. Las 13 mujeres están empleadas como cocineras, meseras y oficios domésticos.

Los damnificados y afectados, independientemente de su estatus legal, deben concentrarse en tener los documentos de arrendamiento en orden para reclamar derechos como inquilinos y eventualmente preparar una demanda contra los dueños el inmueble y reclamar indemnizaciones, sostuvo.

“La Villa de Hempstead debe verificar el cumplimiento de las leyes de mantenimiento de los edificios. Sabemos que había múltiples quejas contra los dueños y nunca habían sido atendidas”, puntualizó.