El sistema de pesos y contrapesos le estorba a las dictaduras

Estrictamente hablando, cada institución de un Estado, incluida lo que ha dado en llamarse la ???sociedad civil???, debe constituirse en un contrapeso del resto.

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2017-06-06 9:45:06

El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, es una de las grandes frases –frase del estadista inglés Lord Acton– que resume las peores amenazas a los pueblos, más en este siglo de demenciales dictaduras.

La inefectividad, la inexistencia o la destrucción de los contrapesos institucionales es lo que da lugar a la formación de despotismos, como ha comenzado a suceder aquí en El Salvador.

Fue Montesquieu quien desarrolló el esquema propuesto por el gran pensador inglés John Locke sobre los pesos y contrapesos institucionales como la principal garantía para proteger libertades y derechos de un conglomerado.

La libertad de expresión es la principal defensa del resto de libertades y derechos de un pueblo, al ser el vehículo para fiscalizar, denunciar, dar la alerta, hacer sonar los tambores y clarines que alertan de una grave amenaza o agresión.

Estrictamente hablando, cada institución de un Estado, incluida lo que ha dado en llamarse la “sociedad civil”, debe constituirse en un contrapeso del resto, como de hecho sucede cuando diversos grupos y asociaciones discrepan de políticas o entre sí.

Un papel muy importante en esto, que se consideró una de las importantes conquistas de los últimos decenios, es la apoliticidad de la Fuerza Armada, una apoliticidad garante de la democracia aunque quedan las dudas entre los salvadoreños después de ver a oficiales y jefes del Ejército, en uniforme de gala, en un mitin del partido oficial con motivo del tercer año del gobierno.

La libertad de expresión es el principal soporte de la justicia y la democracia

Un contrapeso esencial es la independencia de los jueces, que deben impartir justicia con imparcialidad, sin dejarse influir por sus intereses personales o su confusión ideológica, lo que queda en entredicho por el proceder de jueces contra personas cercanas a la oposición, en contraste con la debilidad frente los casos de gente vinculada al oficialismo.

Sólo hay que ver la eficiencia con la que se procedió contra Francisco Flores hasta aniquilarlo moral y físicamente y embargar sus bienes, a diferencia del que corrió a asilarse en Nicaragua una vez que se le abrió una investigación fiscal y un juicio civil por presunto enriquecimiento ilícito.

Los parlamentos son uno de los grandes escenarios de pesos y contrapesos, en el sentido de que el debate debe fundamentarse en lo racional y lo que mejor sirve los intereses de una nación.

Pero ese contrapeso se anula desde el momento en que no son principios ni la razón la que prevalece, cuanto los hombres del carterón negro que van comprando conciencias y aceitando la salida de un partido de individuos que ganaron sus curules bajo su bandera.

En nuestro suelo se ven hechos y procederes que en otros países –países donde funcionan en alguna decorosa medida las leyes y los principios– les llevaría a la cárcel y a la ruina de sus carreras políticas.

Es gracias a la libertad de expresión que bochornosas conductas y hechos salen a la luz pública.