Oftalmólogos cubanos con sueldos que no tienen los salvadoreños

El convenio muestra las extrañas y, para muchos, equivocadas, prioridades de Salud Pública, que está preparada para gastar sin necesidad una cuantiosa suma de dinero en un centro que perfectamente pueden los oftalmólogos salvadoreños establecer y manejar 

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/ Foto Por Marlon Hernández

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2015-09-30 8:17:00

Los médicos salvadoreños, en particular los oftalmólogos, deben aceptar una realidad: hay médicos de segunda clase, ellos, y médicos de primera clase, los cubanos. Y para que no queden dudas, la titular de Salud Pública firmó un convenio con Cuba, en el que se contrata a un contingente de oftalmólogos en condiciones que cualquiera quisiera para sí, con el fin de establecer un centro oftalmológico en el hospital Santa Gertrudis de San Vicente.

Los privilegios y regalías que se otorgan a los oftalmólogos cubanos son la envidia de cualquier médico o profesional del mundo. Léase:
 “…el Ministerio de Salud le brindará a los médicos cubanos prestaciones como viviendas amuebladas, pago de gastos de electricidad, agua y gas, transporte; y pago de “las llamadas nacionales relacionadas con la prestación de sus servicios…”, además de “garantizar los cuidados médicos y dentales libres de pagos en el caso de circunstancias imprevistas o enfermedades agudas de los colaboradores cubanos, incluyendo medicamentos y pruebas diagnósticas, a través de la Red Pública de Salud…”.

Con lo de “colaboradores cubanos” se cubren no sólo médicos, sino personal cubano que se incorpore al programa.

Desde que asumieron el poder los comunistas, los viajes a Cuba, consultas, tratos y firma de convenios, etcétera, están a la orden del día. No hay mes, se dice, en que el propio estadista presidente no vaya a la tierra prometida en asuntos oficiales o personales; y siguiendo sus pasos, con el corazón henchido de amor, van otros capitostes del grupo gobernante.

Porque los fanatizados creen que en Cuba, al igual que en la tierra prometida a la que Moisés llevó a su rebaño, corren ríos de leche y miel, todo es verdor, las ovejas pastan al lado de los lobos…

El presidente del colegio Médico de El Salvador, Miguel Majano, lo señaló así: “El convenio específico para la implementación de un centro oftalmológico es un claro contrato de trabajo del Gobierno de El Salvador con personal extranjero del Gobierno de Cuba, con facilidades, derechos, prestaciones y privilegios que no gozan los ciudadanos nacionales”.

A su juicio, se trata de un pacto desigual porque  Cuba solamente aporta el personal médico, mientras que El Salvador costea viáticos, vivienda, servicios básicos, llamadas telefónicas, atención médica y “los medios y el instrumental necesarios para que los profesionales puedan realizar sus tareas”.
 

Las extrañas prioridades
de los titulares de Salud

 

Varios diputados de ARENA se pronunciaron en su momento en contra del acuerdo, señalando que “este tipo de convenios no es ayuda para El Salvador, por eso no lo apoyamos. Estamos para que nos ayuden; los que requieren ayuda son nuestros médicos y nuestros maestros”.

El convenio muestra las extrañas y, para muchos, equivocadas, prioridades de Salud Pública, que está preparada para gastar sin necesidad una cuantiosa suma de dinero en un centro que perfectamente pueden los oftalmólogos salvadoreños establecer y manejar, al lado de graves faltantes en la red de Salud, comenzando por las autoclaves del Hospital San Rafael, los ascensores del Rosales, los aires acondicionados de muchos quirófanos, el estado ruinoso de las ambulancias a todo lo ancho y largo del territorio…

¿Es el cuerpo de oftalmólogos cubanos un grupo de activistas políticos y adoctrinadores como los médicos castristas que se han asentado en Venezuela?