Encerrados en la cabina de vuelo van a estrellar la nave nacional

Los extremos del abuso de poder se ponen en evidencia con el Sitramss: los rojos han ocupado una vía pública para montar un monopolio privado, dejando fuera a cualquier otro transportista

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La selección de playa de El Salvador posando previo al partido contra Estados Unidos.

/ Foto Por René Quintanilla

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2015-04-05 6:00:00

Si de “reinserción” se trata, mencionada por el mandatario durante la marcha forzada del 26 de marzo, la más urgente es la de los comunistas a la sociedad democrática, al Orden de Derecho, al mundo racional, pacífico, honesto y libre.

El odio de clases, creer que se está en exclusiva posesión de la verdad, dividir la sociedad entre “nosotros y ellos”, cerrarse a argumentos, manipular las leyes y caerle encima a los presupuestos públicos y a las instituciones como si les pertenecieran, es inválido y pesa sobre el resto de pobladores.

Las dos últimas consultas electorales se caracterizaron por el abuso de competencias para anular el voto de decenas de miles de ciudadanos y mantenerse en el poder. A ello se agrega, en el primero, la censura a la propaganda de los partidos de oposición, partidos democráticos, como las denunciadas manipulaciones realizadas en las mesas de vigilancia, en barriadas, la anulación de votos y la alteración de actas.

En el segundo, a las cuestionadas decisiones del presidente del TSE se sumó el echar mano de todo para retardar los conteos, nombrar pequeños negocios en tareas esenciales, confundir y revolver. Por vez primera en la región y en el Hemisferio, los resultados de una elección, con graves vicios, se dieron casi un mes después de efectuados los comicios.

Los comunistas rehúsan reconocer la validez de argumentos, mediciones, datos y realidades que contraríen sus intereses, lo que ha llevado a las inútiles mesas de “diálogo” sobre la problemática nacional. Para manipularlas fijan las agendas, meten en ellas grupos y personas afines para controlar las votaciones, alargan las discusiones para cansar a los presentes y dejan de convocar cuando les conviene.

En esto se repite lo que llevó a la tragedia de horror del avión que se estrelló en los Alpes: no admiten a nadie “en la cabina de mando” que no milite en el comunismo aunque se trate de sus aliados en el brebaje.

Las políticas de Estado, lo referente a la economía, al comercio, al desarrollo de obras, a la puesta en marcha de programas, se fragua a puertas cerradas aunque con gran probabilidad se consulte permanentemente con los castristas, como queda evidenciado por los frecuentes viajes del presidente y de miembros del partido a Cuba y a Venezuela.

A causa de sus pésimas políticas

hay poco empleo y altos precios

Los extremos del abuso de poder se ponen en evidencia con el Sitramss: los rojos han ocupado una vía pública para montar un monopolio privado, dejando fuera a cualquier otro transportista o vehículo.

La consecuencia son los espantosos atascos de vehículos que llevan a altísimos costos para la economía y los automovilistas y la destrucción del centro urbano, histórico, de la capital.

Y así colocando ventajas y decretando leyes y regulaciones para favorecer sus negocios, han ido acaparando actividades pese a los altos costos que eso genera en todo y que paga la gente, en especial, la más pobre.

No debe un grupo en el poder aplicar las leyes a unos pero no a otros, perseguir gente inocente, difamar con sus prédicas del odio, emprender lavados masivos de cerebro de escolares y en la UES, ser absolutamente insensibles a la mortandad causada por el crimen descontrolado.

Hay contraste entre lo que padece la población y los prósperos militantes comunistas…