Al final del año el país está peor que al inicio

El Salvador va a contrapelo de la historia, como se deduce de los compromisos del acuerdo marco para reanudar relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, políticas que promueven lo inverso de lo que se viene imponiendo acá

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Sitio del homicidio del agente policial.

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2014-12-30 5:00:00

Para la mayoría, estamos peor al final de 2014 que al principio, lo que considerando el desastre del paso de Funes por la presidencia, es un logro a la inversa. El deterioro es el natural curso de una nación que marcha hacia el totalitarismo; mientras no se rectifiquen las políticas implantadas, en todas las mediciones de la realidad nacional habrá siempre un retroceso.

La más alarmante señal es la postura implacable de los ideologizados en su marcha a una cubanización, cuando Cuba inicia el retorno.

Voceros del oficialismo ya declararon que van tras “el poder económico total y el poder mediático total”, lo que anuncia un progresivo y rápido despojo de bienes, negocios y control de instituciones y sociedades, lo que aniquilará la producción, la fuerza laboral en todos sus niveles y el abastecimiento de productos esenciales, desde la alimentación hasta los suministros de servicios.

Es por ello que ahora que el TSE ha anunciado que asumirá el control directo del conteo y la información del resultado de los comiciós de marzo próximo, la ciudadanía debe mantenerse vigilante para que no haya duda de la exactitud y honestidad del proceso.

“No hay peor ciego, que quien no quiere ver”. Y la medida de lo que puede sobrevenir al país la da lo declarado por quien capitanea el partido comunista al hablar sobre Venezuela: ese régimen, dice, “hace esfuerzos por resguardar la paz y derrotar la guerra económica desatada por los enemigos internos…”.

Que Venezuela esté al borde de la insolvencia y una hiperinflación, además de padecer la aguda escasez de alimentos y el casi colapso de los servicios públicos, no es obra del chavismo, sino de “enemigos internos”; siempre se atribuye a otros el descalabro que la regimentación económica y política invariablemente causa.

El principal objetivo de los rojos, en lo que no hay vacilación ni duda, es quedarse con los empleos estatales. Y lo que define los nombramientos es la cuantía de los salarios; que el presidente de la Asamblea alegue que sus compras de terrenos se hicieron “con sus ahorros” es causa de abundantes cuestionamientos y dudas.

Moviéndose ciegamente hacia un estalinismo criollo

El Salvador va a contrapelo de la historia, como se deduce de los compromisos del acuerdo marco para reanudar relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, políticas que promueven lo inverso de lo que se viene imponiendo acá, a saber:

— Empoderar al naciente sector privado cubano;

— la mejora de las condiciones de derechos humanos y la implementación de reformas democráticas;

— oportunidades para los cubanos de trabajar como productores independientes, asegurándoles el acceso a bienes de propiedad privada, además de fortalecer a la sociedad civil…

A ello se suma facilitar las comunicaciones y el acceso a la Internet.

La hoja de ruta es lo contrario de lo que amenaza a El Salvador con los “profundos cambios” hacia una dictadura estalinista.

El país está siendo victimizado por una ola de asesinatos y atrocidades, a causa de las fallidas políticas de seguridad.

Lo que marca la diferencia entre un gobierno que trabaja por el bienestar de la población y un régimen cegado por fanatismos se refleja en el crecimiento, en las inversiones, en la calidad y oferta de empleo, en la convivencia entre sectores. En todo esto último estamos mucho peor que antes; el actual gobierno está a tiempo para corregir el rumbo hacia la bancarrota y la hambruna…