Que cada quien se compre su vaca

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Por Mirella Schoenenberg de Wollants*

2018-02-17 11:04:27

Así nos va a tocar a los que somos padres de escolares. Comprarnos una vaca para obtener de ella la leche que podamos colocar en las loncheras de nuestros hijos, para que se alimenten mientras están en el colegio.

Esto debido a que en el literal c del artículo 8 de la Normativa de Tiendas y Cafetines Escolares Saludables se ordena a la comunidad educativa, de los centros públicos y privados de El Salvador, que los niños y adolescentes no consuman productos procesados o ultra procesados dentro del plantel educativo que contengan más del 30 % del total de energía proveniente de grasa. Y siendo que la leche entera, por taza, contiene 46 % del total de energía proveniente de grasa y la semidescremada, el 35 % de sus calorías también vienen de lípidos, resulta que los escolares no pueden consumir estos dos tipos de productos lácteos.

Sin embargo, veamos lo positivo: tal vez así están queriendo empujar a la niñez salvadoreña a que consuma lácteos descremados. ¡Qué bien! Un aplauso. Sin embargo, volviendo a revisar la norma, encontramos que en el literal b del mismo artículo se especifica el contenido de sodio, siendo que exigen que los productos procesados y ultra procesados deban tener menos de 1 miligramo de sodio por kilocaloría.

Ahí no se fijaron bien: 1 taza de leche descremada, la cual aporta 102 calorías, ¡También aporta 123 miligramos de sodio! Es decir, contiene más de 1 miligramo de sodio por caloría. Así es que tampoco los estudiantes podrán beber leches descremadas mientras están en el plantel educativo.

Sorprendente…

La mayoría de personas conoce de la importancia del consumo de leche durante todas las edades de la vida humana. Su calcio es necesario desde que el producto de la gestación se encuentra en el vientre materno hasta la vejez. Y no por ser tan importante, las personas están convencidas de que deben beberla. Por variados motivos se deja de consumirla y los efectos de esta carencia se vienen a sentir pronto, cerca de los cuarenta años, en los huesos, los dientes y la presión arterial. Estimular su consumo es necesario en todo programa de estudios y de esta necesidad hay que concientizar a padres de familia, maestros y a escolares.

Al estimular el consumo de leche, la garantía de que sea inocua solo la da el proceso industrial. La producción de leche artesanal corre el riesgo de comercializar un producto con agentes infecciosos como son el causante de la tuberculosis y otras enfermedades; por lo tanto, la única opción a consumir en nuestro país es la leche procesada o ultra procesada.
Espero que el Mined pronto se dé cuenta de este error en la norma que ha emitido y de otros errores que hay en la misma, para que los corrija, porque va a ser bien difícil que los centros educativos y las familias salvadoreñas adquieran vacas, las cuiden y las ordeñen diariamente y que su producto lácteo no transmita enfermedades infecciosas.

Y, señores del Mined, no olviden dar por terminado el programa presidencial “vaso de leche”, porque resulta que usan leche procesada y ésta no cumple con los requisitos que ustedes mismos han instaurado.

Médico, nutrióloga
y juristamirellawollants2014@gmail.com