???Donde haya odio, siembre yo amor???

Las heridas de la guerra fueron profundas, y en vez de sanarlas, se siguen abriendo. Presidente, rectifique recordando el pensamiento de San Francisco: “Señor, hazme un instrumento de tu paz. Donde haya odio, siembre yo amor…”

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Este es el comunicado del FMLN que circuló ayer por redes sociales. Fue tomado de la cuenta de la diputada Nidia Díaz.

Por Teresa Guevara de López*

2015-10-31 8:34:00

El título de este artículo, de la bellísima oración de San Francisco de Asís, recuerda el discurso del Presidente Sánchez Cerén el día que tomó posesión de su cargo: su tono conciliador de tender puentes y gobernar para todos, despertó grandes esperanzas, porque se pondría punto final a los cinco años de confrontación, amenazas y “les guste o no les guste” que tuvimos que soportar.

Pero poco más de un año después, estas generosas promesas parecen haberse quedado en papel, porque cada sábado, en sus Festivales del Buen Vivir, el discurso ha subido de tono, con amenazas a la Sala de lo Constitucional y a la empresa privada, con dedicatoria especial para los análisis técnicos realizados por Fusades. 

El sábado anterior en Mejicanos, cuestionó el análisis y las observaciones críticas a la creación de más impuestos, tildando a sus autores de “iluminados que no entienden que el país necesita recursos para desarrollar el plan El Salvador Seguro. Fusades ya ordenó a los diputados que la ley que nosotros hemos presentado es inconstitucional, sin haberlo discutido en la Asamblea Legislativa”. (Importante leer el artículo 227 de la Constitución que exige un presupuesto balanceado, y que no es la Asamblea la que determina la inconstitucionalidad, sino la Sala).

Aumentando el tono del regaño expresó: “¿Qué poder está detrás de esta gente? ¡Qué poder que cree que en el país todavía se puede seguir imponiendo la voluntad de los que más tienen!”. Y terminó felicitando a los diputados de su partido porque ellos sí votarían para aprobar los nuevos impuestos.

El tono del discurso puede generar rencor y odio de clases, especialmente porque se pronunció en una zona abatida por la violencia y la inseguridad, donde abunda el acoso de las maras y el desempleo. El pueblo reclama a gritos un clima de paz, que nos lleve al entendimiento para buscar, entre todos, las soluciones que exige el bien común. Pero lamentablemente, parece que el gobierno del FMLN tiene ya su agenda dictada por el Foro de Sao Paulo, de atacar a los empresarios, de favorecer a las empresas de ALBA, que bajo la sombrilla del beneficio social, acumulan cada vez más millones.

Resulta irónico que las dos motos que el Presidente regaló a la PNC de Mejicanos están valoradas en $1,500 cada una, pero el publicarlo en dos páginas a todo color en los periódicos, tuvo un costo tan alto como para haberles podido regalar más de 20 motos. La constante publicidad del gobierno es un desperdicio millonario que nadie aprueba.

El gobierno no tiene dinero porque lo administra mal, pero la solución no está en más impuestos, sino en una seria reforma fiscal. Se necesita poner impuestos al comercio informal, que maneja millones de dólares en las calles. Pero lo que Hacienda tiene miedo de hacer, las pandillas lo han logrado, estableciendo una renta millonaria que los vendedores ambulantes pagan desde hace años. ¿Significa esto que las pandillas tienen más autoridad?

Y en lugar de despojar a los afiliados de sus ahorros, ¿no sería más sano reformar la ley y permitir a las AFP invertir en instrumentos financieros que pagaran rendimientos más altos, que podrían invertirse en obras de infraestructura y dejar de apropiarse del 45 % de nuestros ahorros y pagando un interés miserable?

Las heridas de la guerra, en ambos lados, fueron sumamente profundas, y en vez de intentar sanarlas, se siguen abriendo. Señor Presidente, rectifique recordando el pensamiento de San Francisco: “Señor, hazme un instrumento de tu paz. Donde haya odio, siembre yo amor…”.

*Columnista de El Diario de Hoy.