Uso y abuso de la clase media

Aristóteles dijo que “las repúblicas se convierten en democracias y éstas degeneran en despotismos”. Precisamente porque, buscando mantener el poder, se privilegia el número de votos que podría obtenerse de la plebe

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por María A. de López Andreu* 

2015-11-06 9:13:00

“Si la clase media sirve para algo, es para trabajar y pagar impuestos, con los que podamos sobornar a la plebe y tenerla contenta y mantenerla dócil. Es cierto que la plebe es como un animalito, pero son muchos y necesitamos sus votos para alcanzar el poder. Que la clase media nos sirva hasta el final, porque ellos no piensan más que en el trabajo, la industria y el ahorro, y otras preocupaciones vulgares por el estilo”. 

No, estimado lector, ese párrafo no fue extraído de ningún “festival del buen vivir” con que “Salvador cumple” sábado a sábado, montando un circo bayunco en alguna comunidad. Para empezar, ese no es el lenguaje que él maneja. 

Tampoco lo dijo Medardo González, ni Benito Lara. Ni siquiera Lorena Peña, o Carlos Cáceres, mucho menos el dilecto Guillermo Gallegos. Aunque, la intención, es la misma: uso y abuso de la clase media, hasta destruirla. 

El citado párrafo lo declaró Cayo Julio César, llamado el Viejo, en tiempos de Marco Tulio Cicerón. Es decir, ya desde entonces los gobiernos dictatoriales han sabido que el medio más fácil para acceder y conservar el poder, es exprimiendo a la clase media, cargándola de impuestos y destruyéndola en el camino. Porque el poder de los dictadores se nutre fabricando pobres. 

Eso quedó demostrado la semana anterior, mediante dos hechos irrefutables: uno, los nuevos e injustos impuestos aprobados por el FMLN/GANA, y dos, el gobierno RECONOCIÓ que la pobreza subió un 2.3% en 2014 (http://www.elfaro.net/es/201510/noticias/17490/Gobierno-confirma-que-la-pobreza-subi%C3%B3-23-puntos-en-2014.htm), contrario al cuento que Sánchez Cerén balbució en la ONU.

EDH y otros medios han publicado extensamente sobre el tema, pero carezco de la formación necesaria para un análisis “científico” de los hechos. Sin embargo, la gravedad de lo que percibo es inmensa. Pregunto a los especialistas: ¿por qué el gobierno insiste en algo tan nocivo, cuando ha tenido más dinero que ningún otro anteriormente? 

Incomprensible, porque todos (incluyendo al FMLN/GANA) entendemos que los nuevos impuestos empobrecen directamente a la clase media, que paga (no elude ni evade) impuestos, ni tampoco utiliza los pésimos o inexistentes servicios públicos. Consecuentemente, la clase media disminuye, aumentando con ello una clase improductiva que deberá atenderse, cargando con más impuestos a quienes todavía trabajen y produzcan. 

Ese 2.3 % de aumento en la pobreza no se debe, entonces, a que las familias más pobres tengan más miembros; posiblemente, incluso, haya disminuido su número, debido a la emigración. Se debe, pues, a que muchísimos salvadoreños (43,000 familias, según El Faro) que ya habían salido de la pobreza relativa, han retornado a ella. ¡Terrible injusticia!

Significa que los gobiernos efemelenistas nos empobrecen galopantemente, a pesar de haber contratado 60,000 nuevos empleados públicos y haber creado 20 nuevos impuestos, aparte de que esta realidad es un duro revés a sus cacareados programas sociales, subsidios, regalos y prebendas, que reparten sin ton ni son. A las pruebas me remito. 

Aristóteles dijo que “las repúblicas se convierten en democracias y éstas degeneran en despotismos”. Precisamente porque, buscando mantener el poder, se privilegia el número de votos que podría obtenerse de la plebe, comprándola con favores a costa del desarrollo del resto de la población. Más pobres, más votos. 

Estos nuevos impuestos, más los que se menciona que vendrán próximamente, ¿tienen como finalidad el someternos a una dictadura efemelenista? 

Yo, desafortunadamente, así lo creo.
 

* Columnista de El Diario de Hoy.