¡Viva el intercambio de ideas!

El matrimonio entre hombre y mujer y el aborto, no proceden de la Biblia ni de confesiones religiosas: son de ley natural. Y el mundo moderno ha tenido bastantes experiencias dolorosas, que al legislar en contra de dicha ley

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elsalvador.com

Por Teresa Guevara de López*

2015-11-07 8:44:00

Me gustó mucho un  artículo de Marvin Galeas  manifestando  admiración por  Johnny Wright, quien declaró  estar a favor del matrimonio homosexual, y que el tema del aborto debía debatirse tomando en cuenta otros factores, y no solamente los religiosos.  También alaba a un conocido empresario, quien expresó con mucho vigor su desacuerdo a los planteamientos de Johnny,  pero sin faltar en ningún momento al respeto a su oponente.

Marvin lo califica como un gigantesco paso adelante en el debate de  ideas, en un país en donde sólo parecen existir el elogio desmesurado, la descalificación definitiva o el insulto.  Yo también celebro  que  estemos aprendiendo a  manejar esa extraordinaria herramienta que es la técnica del debate, de intercambiar  ideas, que en cuanto  más opuestas sean, abren más oportunidades para analizar planteamientos y criterios.  Sin embargo, no comparto las  afirmaciones de Marvin que las discusiones sobre  el matrimonio  homosexual y el aborto, deben considerar otros factores y no solamente el punto de vista religioso.

Porque el aborto  es el asesinato de un ser humano, indefenso.  Ya no valen eufemismos que no es persona,  sino  cigoto o embrión. Tiene un ADN propio, que mantendrá toda la vida, y liquidarlo es matarlo, y el asesinato  está penado en todos los códigos del mundo, sin necesidad de argumentos religiosos. Intereses económicos y políticos han presentado como políticamente correcto, un negocio que mueve millones de dólares, y anualmente causa más víctimas que los judíos que Hitler sacrificó en el Holocausto, acción repudiada actualmente por toda la humanidad.  

Hablar de matrimonio homosexual carece de sentido, pues  la palabra matrimonio se deriva de mater (madre) y  desde las civilizaciones más primitivas, existió como la unión de hombre y mujer, aunque las prácticas homosexuales existieron siempre, como un vicio oculto,  jamás se  legalizaron. 

Considero desacertada la afirmación de Marvin, que las nuevas generaciones tienden a romper con tradiciones antiguas, cuando comer con tenedor o leer ciertos libros eran cosas tenebrosas y hoy es de lo más natural.  ¿Puede compararse algo tan intrascendente como comer con tenedor, con abortar o hacer legal obligatoriamente una unión homosexual?

Y asegurar que dentro de la CSJ de USA, la mayoría de los que votaron a favor del matrimonio homosexual, en conciencia se oponían, califica a los legisladores como incongruentes, entre sus creencias y su actuar político.  Un político responsable tiene a su conciencia, si es recta y bien formada, como guía segura para sus decisiones en su vida familiar y pública.  Y esta decisión de la CSJ lejos de cumplir con la Constitución,  ha sido un atentado contra la libertad de aquellos estados cuyas legislaciones no aprobaban tales uniones.

El matrimonio entre hombre y mujer y el aborto, no proceden de la Biblia ni de confesiones religiosas: son de ley natural.  Y el mundo moderno ha tenido bastantes experiencias dolorosas, que al legislar en contra de dicha ley, pronto sufren las consecuencias catastróficas.

Triste ejemplo fue la demoledora campaña contra la supuesta explosión demográfica, pues según las teorías de Malthus, en este siglo tendríamos que comernos unos a otros porque no cabríamos en el planeta.  El estricto control  natal a nivel mundial, presenta en  el siglo XXI  trágicos resultados: Europa no  duplicó su población, con  crecimientos mínimos del 1 %, mientras la población musulmana aumenta en un 200 %, amenazando con el desaparecimiento de la civilización occidental, cuya cuna fue la Europa cristiana.

Ojalá aprendamos a debatir  con enriquecimiento de ideas,  tomando en cuenta la responsabilidad de los generadores de opinión, de externar criterios que eduquen sanamente al pueblo. ¡Gracias, Marvin por la oportunidad!
 

* Columnista de El Diario de Hoy.