José, padre de Jesús

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El jugador de Chile, Gary Medel y Nelson Bonilla de El Salvador, disputan un balón ante el portero de Chile, Johnny Herrera.

/ Foto Por EFE

Por Por Mario Aguilar Joya*

2015-06-05 5:30:00

Llama la atención cómo el libro del teólogo brasileño Leonardo Boff, con el interesante y sugestivo título: San José, padre de Jesús en una sociedad sin padre, haga que esta obra sirva de ejemplo sobre las cualidades y características que debe tener un padre basándonos en la escueta información que tenemos de José el padre terrenal de Jesús de Nazaret.

Sin embargo también revela las condiciones que hacen que nuestras sociedades se hayan convertido en colectividades en donde algunos padres no se encuentran al frente de sus familias o no son completamente solidarios de su sostén afectivo, económico, social y espiritual. Haciendo que la palabra padre, en algunas personas, quede cuestionada por la irresponsabilidad de sus acciones y sobre todo porque se ha perdido la espiritualidad que conlleva la función paternal.

El libro es introducido con un prólogo del autor Paulo Coelho, quien define a José como un padre que sigue sus sueños; pues de las cinco veces en que aparece la palabra sueño en los Evangelios, es en cuatro de ellas que se refieren precisamente a José, el padre de Jesús. Es así como, José siguiendo sus sueños intenta cumplir la misión que se le ha encomendado, la de sostener y cuidar a su hijo de cualquier agresión. Como en el pasado, hoy en el día a día, este sigue siendo el dueño de muchos padres que como “José modernos”, luchan por mantener libres de peligro no solamente a sus hijos sino también a todos los miembros de sus familias.

Dentro de las opiniones que sobre la paternidad de José se han difundido, una de las más importantes a destacar es la del santo Papa Juan Pablo II, quien refiere en su Carta Apostólica del 15 de agosto de 1989, Redemptoris Custus Sobre la Vida y Misión de San José en la Vida de Cristo y la Iglesia: «Llamado a ser el Custodio del Redentor, José … en esta familia es el padre: no es la suya una paternidad derivada de la generación y, sin embargo, no es “aparente” o solamente “sustitutiva”, sino que posee plenamente la autenticidad completa de la paternidad humana y de la misión paterna en la familia», es además padre nutricio, es decir el que nutre y provee las necesidades prioritarias de sus hijos.

Definitivamente la imagen referencial de José el padre de Jesús, que tenemos en la actualidad, es la de un obrero trabajador, de quien su hijo aprendió no solamente su oficio, sino también la sensibilidad humana con la que trata a sus semejantes. Estas características nos llevan a determinar al menos tres grandes semblantes que son definitivamente necesarios de imitar: 1.- Padre no es solo el que da la vida, sino el que acompaña a sus hijos y es un buen ejemplo para ellos. 2.- Padre es el que cuida integralmente de sus hijos y 3.- Padre es el que tiene las características de dar amor desprendidamente y está lleno de comprensión y misericordia. Como padres sabemos que ninguna de estas cualidades es superior a las otras y que sin una de ellas las otras definitivamente pierden su valor. De manera que la mejor forma de hacer que estas características mantengan su cuantía es siendo un padre íntegro, justo y dedicado. Que esta reflexión en el mes del padre nos ayude a imitar a José, el padre de Jesús; para irnos apartando de la triste realidad de vivir en sociedades sin padre.

*Doctor en Medicina. aguilarjoya@yahoo.com