La estocada final

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Entrenamiento de la Selección de Fútbol Playa de Puerto Rico, en el estadio de la Costa del Sol, previo al Premundial

/ Foto Por Mauricio Cáceres

Por Por Marlon Manzano*

2015-03-27 6:00:00

Al final del documento “Plan El Salvador Seguro” –Resumen Ejecutivo–, versión electrónica que pude leer, me llamó la atención que el Gobierno destaca solo los logos del Gobierno de El Salvador, la Unión Europea, la OEA y el PNUD, entendería su protagonismo porque son el grupo “gestor inicial” del que habla Sánchez Cerén en la inauguración del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia (CNSCC) en septiembre de 2014, lo cual, para los que sabemos de este tipo de elaboración de planes de trabajo o diagnósticos, es una sutileza bastante lógica. Ante estos padrinos uno tiene dos expectativas a priori: se espera alta calidad por los altos estándares educativos de las personas que representan y trabajan en ellos, y segundo, uno esperaría un alto grado de sentido común, si, porque resulta que muchos de estos representantes de organismos de cooperación internacional son extranjeros, por ende, se espera que comprendan las dinámicas sociales locales y el rol que histórica y contextualmente juega cada actor en el país.

El Consejo Nacional de Seguridad no solo está compuesto por los destacados organismos de cooperación antes mencionados, sino también por miembros de la FGR, Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, PNC, Ministerio de Seguridad, Presidencia, empresa privada, iglesias, representantes de partidos políticos, entre otros.

Voceros coyunturales, que de hecho el documento versión ejecutiva no habla de quién asumirá la vocería del Consejo, empezaron a defender, aparentemente más al gobierno que al Consejo, de las críticas de uno de los actores claves dentro del CNSCC, empresa privada organizada, estos expresaron críticas de bastante sentido común: ¿Por qué destinar un día productivo de la semana pudiendo organizar la marcha un día domingo? ¿Por qué hacer la marcha un día que coincide para muchas de las instituciones y funcionarios convocados con puente laboral para tomarse las vacaciones de Semana Santa? ¿Por qué dejar la convocatoria principal a la maquinara de gobierno? ¿Por qué dejar que la marcha coincidiera con una marcha internacional a favor del régimen venezolano de Maduro? ¿Por qué ocupar métodos de abuso de poder en la convocatoria en instituciones de gobierno al punto de mencionar explícitamente en comunicación interna de esas instituciones la palabra “obligatoria” en lugar de la palabra “voluntaria” para convocar a personal de gobierno? Y quizá, la pregunta más relevante que para ser honestos diremos que sobrepasa el sentido de común promedio requerido, pero con los niveles de estudios de muchos de los miembros del Consejo hubiese sido fácil detectar: ¿Por qué hacer una marcha donde, en palabras de uno de los voceros coyunturales, Robert Valent de las Naciones Unidas, “es un momento crucial para la población y los sectores de poder decir no a la violencia”? ¿A quién se le va exigir la paz? ¿A quién se le pedirá un alto a la violencia? Los principios más básicos de una protesta, marcha o manifestación es que el sujeto activo ciudadano se manifiesta contra una problemática y exige a alguien más el cumplimiento de su deber para protegerlo, indemnizarlo o hacer justicia. Esta flagrante falta de sentido común hizo que lo que se propuso como una idea genuina de un ciudadano (que de acuerdo a Valent, en calidad de empresario) terminará convenientemente manipulada en las manos del gobierno, algo que por los precedentes no debería extrañar a nadie.

Cualquier esfuerzo de verdadera unión nacional sin la participación activa (no de un representante de una gremial dentro del Consejo) del sector empresarial organizado es tan ficticio como la negación del Gobierno del FMLN en la tregua entre pandillas, y de la cual la OEA fue “observadora y facilitadora”, pero que ahora toda la ciudadanía está consciente de las negociaciones tan obscuras y tan nefastas en su forma de proceder que terminaron derrumbándola completamente, y por ende la mentira del Gobierno. Recordemos que esa tregua ejecutada por el gobierno del FMLN fue la apuesta predecesora principal a esta figura del Consejo Nacional de Seguridad, que después de esta primera acción mal ejecutada (marcha por la paz) el Consejo ha quedado como un toro herido, esperando la estocada final, la misma estocada final que derrumbó la tregua.

*Editor y Consultor Social. @marlonmanzano_