Los bueyes atrás de la carreta y la educación virtual en el país

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El jugador de la Sub 20 de Estados Unidos  Rusell Canouse disputa el balón contra José Villavicencio de El Salvador.

/ Foto Por Foto/ CONCACAF

Por Por Ricardo Chacón *

2015-01-24 6:00:00

Una de las promesas de campaña del actual presidente de la República ha sido la Universidad Virtual; tengo entendido que ya hay un proyecto en marcha y se espera que, a corto plazo, se ponga en funcionamiento, por lo menos así me lo aseguró un funcionario del Ministerio de Educación quien incluso asevera se tiene parte del presupuesto y que sólo es “cuestión de tiempo para que se eche andar”.

Lo que no me pudo decir, no obstante que pregunté y repregunté, es cómo se pondrá en marcha un proyecto de estos sin tener varias cuestiones de base solucionadas, algunas menos claves pero no por ello menos importantes como los son el marco legal, el uso de computadoras, tabletas o teléfonos inteligentes o incluso lo de la conectividad que requiere un estudiante que entra a esta dinámica de la educación por medio de Internet.

Hay otras cuestiones sin solucionar más importantes, aunque parecieran menos claves a la luz de algunos mortales, como lo son, responder a las preguntas: ¿Educar para qué?, ¿Con qué visión?, asimismo la concepción de educación que se tiene, la idea o el modelo que requiere impulsar de cara al presente y al futuro del país, en particular la visión para desarrollar la educación virtual.

En este punto, como país, estamos sumamente atrasados, y lo peor del caso, haciendo las cosas al revés; la carreta halando a los bueyes…

Salvo honrosas excepciones educativas, de medios de comunicación o iniciativas empresariales, todavía el modelo de educación virtual que tenemos en el país, esta centrado en un modelo donde lo importante es la transmisión de contenidos, donde lo impreso, el papel sigue siendo lo más importante.

No sólo que prima el contenido en formato papel sino que estos contenidos, aunque actualmente se reproducen de manera digital, tienen la intención de fortalecer el modelo de la transmisión del conocimiento en su forma más tradicional; al igual que sucede en la educación presencial (el de la escuela tradicional) en la educación virtual de primera generación, se trata del que “sabe”, el profesor, le transmita los conocimientos al que “no sabe” , los alumnos. Incluso, al igual que la escuela tradicional donde se sigue “dictando” en cuadernos que ahora regala el gobierno, se usa el audio o las videoconferencias (nacionales o internacionales) en las que lo importante es la transmisión de la “sabiduría”.

Ni siquiera hemos llegado a la concepción, como lo plantea Begoña Gros Salval, en el libro, “Evaluación y retos de la educación virtual”, en el segundo nivel, un modelo centrado en los entornos virtuales, en el aula virtual donde se pone el énfasis en la interacción del profesor y el alumno por medio de la web, con el uso del “videostreaming”, materiales en línea, el acceso ilimitado a recursos en interactivo y se usan las redes en cualquiera de sus modalidades.

No se diga entrar de lleno en lo que ahora se llama el uso de web2.0, en la que el modelo está centrado en la flexibilidad y la participación. Se trabaja sobre los contenidos especializados en línea donde la clave, lo fundamental, no es la información o el contenido que el maestro transmite al alumno, sino se gesta una comunidad educativa con la finalidad de crear, producir, elaborar contenidos que surgen de la interacción educativa; estamos en el mundo de las simulaciones, visualizaciones en línea para crear amplias comunidades de aprendizaje en línea, incluso bajo la modalidad de “Mobile learning”, o uso de teléfonos inteligentes para la educación.

En la nueva visión de la educación virtual, como lo dice Begoña Gros Salval, “se trata de un enfoque más coherente con la filosofía de la web 2.0, basada en la participación y en la construcción colectiva de conocimiento desde un planteamiento interdisciplinario y más transversal a la experiencia vital de los estudiantes tanto formativa como social y laboral”.

Esta discusión poco o nada está presente en el país; es más, la práctica está desenfocada, sino veamos la siguiente cuestión: se quiere llevar las computaras a las escuelas del país cuando las edificaciones se encuentran en pésimas condiciones, infraestructura sin baños y algunas sin energía eléctrica, no se diga en zonas de alta delincuencia… o entregar una computadora a cada alumno sin definir la conectividad, sin tener el “software” adecuado y necesario que responda a los programas educativos modernos, ampliamente conocidos y manejados por profesores capacitados…

Lo básico es lo básico, y esto supone el abecedario de la educación virtual, aclarar la visión de futuro antes de poner en marcha la universidad virtual.

* Editor Jefe de El Diario de Hoy.

ricardo.chacon@eldiariodehoy.com