20 años, 5,300 mujeres beneficiadas

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Maquinaria pesada está trabajando en la cancha de la UES. Foto EDH

Por Por Julia Regina de Cardenal*

2014-11-19 5:00:00

En 1987, hace 28 años, se formó un grupo de salvadoreños, que preocupados por los problemas sociales, económicos y morales del país comenzamos un programa de educación a nivel nacional para prevenir la violencia doméstica, embarazos fuera del matrimonio, el aborto y sus efectos, entre otros problemas. Asi tuvimos contacto directo con mujeres jóvenes en crisis por un embarazo inesperado.

En 1993 logramos la aprobación de un decreto legislativo proclamando el 28 de diciembre, “Día Nacional del Derecho a Nacer”. Ese mismo año decidimos formalizar nuestro trabajo conformando la Fundacion Sí a la Vida.

En 1994 organizamos el primer Congreso Internacional “La Familia, Núcleo de la Sociedad”, con el fin de prepararnos para el Congreso internacional sobre población y desarrollo (CIPD) de la ONU en El Cairo, en el cual se presionaría a las naciones miembros a legalizar el aborto, redefinir la familia y quitar el derecho a los padres como primeros e insustituibles educadores de sus hijos. Invitamos a conferencistas internacionales para explicar las amenazas de esta Cumbre mundial a políticos, gobernantes. Obtuvimos mucha más asistencia de la esperada.

La delegación oficial enviada a esa Cumbre logró prevenir que se impusiera la agenda pro-muerte, poniendo las reservas necesarias para proteger nuestra legislación y soberanía. Desafortunadamente, tenemos información que actualmente el gobierno efemelenista, silenciosa e ilegalmente, ha eliminado dichas reservas que la Constitución obliga a mantener.

Decidimos abrir un Centro de Ayuda para la Mujer (CAM) ese mismo año, para ayudar a mujeres desesperadas que creen que el aborto es la única solución para su embarazo inesperado. Desde hace 20 años hasta ahora se han atendido 5,300 mujeres salvándolas de matar a sus bebés y de exponerse a graves riesgos físicos y emocionales.

En el CAM hemos descubierto que el aborto se da por ignorancia. Con sólo darles información y apoyo, las mujeres deciden tener a sus hijos. Con un solo bebé que se hubiera salvado habría valido la pena. Al salvar a cada bebé se salvan todas las generaciones que descienden de él. Al abortarlo se elimina a toda su descendencia.

En 1995 abrimos un albergue para madres solteras para brindar hogar a mujeres víctimas de incesto, violación, abuso o abandono, sacándolas del lugar de peligro y ofreciéndoles una casa segura adonde seguir su embarazo y tener a sus hijos.

Antes recibíamos un subsidio de cerca de $50 por niña, el cual lamentablemente fue retirado desde el gobierno de Funes. Aunque era poco, ayudaba. Actualmente se les sigue brindando albergue, vestido, alimentación, servicios de salud, educación escolar, atención medica, diferentes talleres de superación, en fin atención integral para que logren salir adelante con sus hijos.

Hemos ido agregando conferencias al programa de educación, siendo una de las más importantes la reducción de la pobreza fortaleciendo la familia por medio de la promoción del matrimonio. La familia estable tiene más seguridad económica y deja de ser una carga para el Estado. Cuando la familia está sana, la sociedad está sana; cuando está enferma la sociedad también lo está.

Llamamos a todos los que dicen defender los derechos de la mujer y a los candidatos de los diferentes partidos a apoyar esta labor que realmente ha ayudado a miles de mujeres. En cambio la legalización del negocio del aborto es la máxima explotación contra la mujer en crisis por un embarazo inesperado. Defendamos la vida y la familia para sacar adelante a nuestro querido país.

*Columnista de El Diario de Hoy.