Una luz acogedora abierta a todos con humildad

descripción de la imagen
Foto Por edhdep

Por Por Luis Fernández Cuervo*

2014-09-28 5:00:00

Esa podría ser un modo de calificar la personalidad de Álvaro del Portillo, ingeniero civil, luego sacerdote, después obispo y prelado del Opus Dei y ahora Beato de la Iglesia Católica. Pero con ello no se abarcaría la riqueza en virtudes humanas y sobrenaturales de su personalidad.

Vivió siempre sirviendo humilde y silenciosamente a una personalidad tan descollante como la de san Josemaría, fundador del Opus Dei, como si fuera su sombra, con un amor y una fidelidad inquebrantables. Ahora su luz clara y suave se va haciendo cada vez más grande y brillante ante los testimonios que fueron apareciendo a lo largo del minucioso proceso de su beatificación. Basta citar aquí algunos.

Juan Pablo II, (23-III-1994): Fue un ejemplo de fortaleza, de confianza en la providencia divina y de fidelidad a la sede de Pedro. Papa Francisco: “supo conjugar una intensa vida espiritual fundada sobre la fiel adhesión a la roca que es Cristo, con un generoso empeño apostólico que lo convirtió en peregrino por los cinco continentes, siguiendo las huellas de san San Josemaría”. Cardenal Ratzinger, (25-III-1994):”Recuerdo la modestia y la disponibilidad en cualquier circunstancia que caracterizaron el trabajo de Mons. del Portillo como consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, institución que contribuyó a enriquecer de modo singular con su competencia y experiencia, como he podido comprobar personalmente”. Cardenal Maurice Otunga, (24-VII-1998): “He sido testigo de la solicitud de Mons. Álvaro por el apostolado de la Iglesia en Kenia, y de su generosidad hacia nuestros sacerdotes y seminaristas kenianos, que fueron acogidos en el Ateneo Pontificio de la Santa Cruz y en el Seminario internacional «Sedes Sapientiae» creados por él, así como he comprobado su caridad, la gentileza y la disponibilidad para con los obispos que buscaban su ayuda”. Cardenal Joszef Glemp (7-IX-1995):”Era un hombre con puntos de vista claros, lleno de serenidad interior y al mismo tiempo repleto de bondad y cariño. Era amable y directo, pero al mismo tiempo conservaba la gravedad de un hombre de Iglesia.”Mons. Stanislaus Lo-Kuang, arzobispo emérito de Taiwan: Cuando vino a Taiwan, le invité a almorzar en Fujen University. Mons. Álvaro del Portillo fue muy sincero, muy humilde, extremadamente transparente y sencillo. No había en él trazos de altanería o afectación. Tenía un gran celo apostólico. Comprendía nuestras dificultades y mostraba una inmensa caridad. Yo estimo en mucho, de verdad, su amistad (Taipei III-1999)”.

La Madre María de Jesús Velarde, fundadora de las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús: “Álvaro del Portillo es, a mi parecer, la persona más santa que he conocido en mi larga vida de 88 años. Es una declaración y a la vez un canto de acción de gracias a Dios, por el inmenso don de haberme permitido conocerle, sentirme aconsejada, querida y muy ayudada por él (24-XI-2013)”.Sor Teresa Margarita, carmelita descalza: Le conocí en unos ejercicios espirituales que dio para jóvenes en el Colegio de las Carmelitas de la Caridad en Vigo en 1945. Desde el primer momento me impresionó su porte distinguido, su recogimiento, su profunda humildad, que se destacaba mucho, y su sencillez. Era a la vez muy amable y acogedor, atendía con bondad“(20-VI-1997). Ombretta Fumagalli Carulli, diputada en el parlamento italiano: “He admirado siempre la dignidad y la mesura con que reaccionó ante polémicas contra el Opus Dei promovidas artificialmente desde ambientes laicistas y, por desgracia, a veces también desde ambientes católicos (Revista Romana, X, 1994, p. 55)”. María Concepción Barros Carou, enfermera: Don Álvaro era un ejemplo de unidad de vida. Daba un sentido sobrenatural a la enfermedad. Estaba habitualmente en presencia de Dios. Animaba a otros enfermos a ofrecer todo el dolor al Señor (Testimonio personal, 14-III-2014).

En este mundo actual, tan crispado y violento, hacen falta hombres como él que sepan comprender y unir con la luz acogedora de su caridad amable, vivida en la santidad mas plena.

*Dr. En Medicina. Columnista de El Diario de Hoy

luchofcuervo@gmail.com