También hay otras cosas hipócritas y mentirosas

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Por Por María A. de López Andreu* *Columnista de El Diario de Hoy.

2014-08-15 6:00:00

Hipócrita y mentiroso (como diría el señor fiscal) fue el presupuesto nacional aprobado irresponsablemente para 2014, del cual el gobierno efemelenista ya gastó hasta el último centavo. No hay dinero para lo esencial, pero sí para vasta publicidad, igualmente hipócrita y mentirosa, en la que se felicitan porque “ahora los ricos sí van a pagar impuestos”, con los que esperan cumplir algunas de sus absurdas promesas.

Publicidad ofensiva e imperdonable, cuando leemos que el 90 % de sastres todavía no reciben el pago por los uniformes escolares que entregaron puntualmente al inicio del año (EDH, /08/2014, página 29). En iguales circunstancias está la mayoría de proveedores, de todo rubro y tamaño, a quienes el gobierno adeuda cifras multimillonarias. Deuda que debió presupuestarse y pagarse. Pero, ¡no hay recursos!

¡Ah, pero descaro sí hay! Continúan ofreciendo más prebendas, cuando ni siquiera hay fondos para pagar lo que ya se gastó.

Pagar las deudas es una grave obligación mercantil y moral. Pagar las suyas debería ser, para el gobierno, la más importante de sus “políticas sociales” que tanto cacarean. Sus proveedores, de cualquier tamaño, tienen serias obligaciones que cumplir, incluso con el fisco. Viven de su trabajo y la falta de pago les representa, no solo una dificultad económica, sino, eventualmente, una verdadera tragedia humana. Hay familias que, al no recibir el pago pactado, no pueden cubrir sus necesidades básicas ni las obligaciones adquiridas para proveer al gobierno lo que, supuestamente, les produciría ingresos seguros y hasta alguna ganancia. Esta indignante realidad pretende ocultarse mediante una propaganda que siembre permanentemente el odio de clases.

Es vil y falso propagar que “los ricos” (culpables de todo) no pagan impuestos. Porque el Estado ha recibido más ingresos que nunca. Y si el FMLN se jacta de cobrar impuestos “solo a los ricos”, significa que esos millones los recibieron, precisamente, de ellos, tan odiados. Es decir: gracias a los ricos el gobierno vive, malgasta y hasta puede cumplir una que otra de sus promesas (a sus protegidos). En lugar de vilipendiarles, deberían promover que todos agradezcamos a los ricos su existencia.

Para el caso, ¿quién es rico? Todo aquel que, a fuerza de trabajo, sacrificio y ahorro haya logrado tener algo propio: cuenta bancaria, casa, vehículo, etc. Es decir, las personas responsables que se sostienen a sí mismas y a sus familias, quienes no son una carga para el Estado, porque alimentan a su grupo familiar con recursos propios, pagan sus facturas de casa, luz, teléfono, agua, gastos médicos, educación para sus hijos, transporte, seguros, etc. Y, además, pagan impuestos, por consiguiente, ellos son los ricos. Deberían ser premiados, no castigados con más impuestos, como ya lo anunciaron el presidente y su ministro de Hacienda, dado que con el paquetazo recién aprobado por el FMLN y GANA, en contra de la ciudadanía, no recaudará la cifra que desean.

Los impuestos recién decretados, sancionados y publicados despojarán a muchas personas del fruto de su trabajo, de recursos que les son indispensables y que, de ninguna manera, gracias al pésimo gobierno efemelenista, servirán para favorecer a “los pobres”, a quienes los actuales funcionarios invocan como justificación a las medidas injustas e inconvenientes que están tomando.

Ningún dinero alcanza para un manirroto incapaz e irresponsable. Y ese calificativo, además de muchos otros, es aplicable al gobierno del FMLN.