El Socialismo del Siglo XXI influencia política interna

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El presidente Mauricio Funes no respondió ayer al emplazamiento que le hizo el ex mandatario. foto edh / archivo

Por Por Ricardo Esmahan*

2013-12-02 6:03:00

Desde que en 1848 Carlos Marx lanzó el Manifiesto Comunista, muchos eventos han ocurrido. Siglo y medio y todavía hay quienes pretenden mantener viva y renovar esta ortodoxia disfrazándola con diferentes nombres. A lo largo de estos años han surgido teóricos reinterpretando a Marx y a finales del siglo pasado surgió desde México el término difundido desde el Sur y que hoy conocemos como Socialismo del Siglo XXI, creado por Hans Dieterich.

¿Cuál es el fondo de este socialismo? De acuerdo a la teoría de los comunistas el socialismo debe destruir el sistema capitalista, los fundamentos que lo sostienen para luego establecer el régimen socialista. En el país donde se pretende instaurar la receta consiste en destruir la iniciativa privada, quitar los medios de producción de manos privadas y controlarlos por el Partido. Acabar con las instituciones democráticas establecidas, desmantelar el gobierno democrático y eliminar la alternabilidad en el poder para instaurar una dictadura proletaria.

La receta se ha aplicado a lo largo del Siglo XX, pero todos estos regímenes terminaron en fracaso. Su máximo exponente, la Unión Soviética, la que se derrumbó en 1991. Un resabio de esa receta es Cuba, donde quienes llegaron al poder por las armas, ondeando la bandera de la libertad, se constituyeron en dictadores.

Es evidente que el Socialismo del Siglo XXI pretende instaurarse en Latinoamérica, siendo Venezuela su expresión más concreta con el apadrinamiento de la vieja Cuba socialista. El poder petrolero de Venezuela ha permitido que el ALBA, promovida como una institución de fines económicos, se convirtiera en un instrumento ideológico internacionalista.

Analizando las palabras del candidato Sánchez Ceren al decir que la Venezuela de Maduro es “el faro de luz que ilumina los pueblos de América Latina”, se comprende los nexos de estos movimientos internacionalistas, que idolatran un gobierno de Maduro dedicado a perseguir a ciudadanos que reclaman derechos fundamentales, ejecuta detenciones masivas, denuncia a sus opositores ante la Fiscalía para imputarlos y levantarles juicios. Ataca así a sindicalistas, periodistas, dirigentes gremiales, dirigentes de partidos políticos, estudiantes, toda oposición.

Y construyen su imperio socialista en la decadencia económica. Venezuela reporta hoy una de las inflaciones más grandes del mundo y se pronostica que para finales del presente año estará por encima del 50%. Importa el 80% de lo que consume y sólo cuenta con menos de 15 días de inventarios. La devaluación desde 1999 ha sido 998%, y eso que el barril de petróleo ronda los $100, por lo cual no deberían existir excusas para dificultades financieras. El fantasma de la escasez recorre Venezuela.

La Venezuela de Maduro dona a través de acuerdos en el marco del ALBA unos sesenta mil millones de dólares anuales a países “amigos”; en primer lugar esta Cuba, con la mejor tajada, luego Nicaragua, Bolivia, Ecuador, El Salvador, entre otros.

Y para contener la inflación galopante, la locura de Maduro lo llevó a promover la invasión de almacenes, obligando a sus dueños a vender a “precio justo”. Se pronostica que para enero ya no habrá inventarios en los almacenes saqueados. Con los alimentos también existe una situación crítica de escasez de granos básicos, harina de maíz, leche, aceite, azúcar, entre otros.

Y lo último, Maduro con precaria mayoría de un voto logró una “ley habilitante”, que significa cederle todo el Poder Legislativo. Alega que esta ley es para combatir la corrupción del mercado, pero la verdadera intención es el de domesticar a la gente por vía de la alimentación.

La “luz que ilumina” a Sánchez Cerén, enseña que acceder al poder político no basta, requieren concentrar también poder económico, y con este, perpetuarse en el poder.

* Colaborador de El Diario de Hoy.

resmahan@hotmail.com