¿Cómo puedo ayudar a traer esperanza?

descripción de la imagen
La diputada Ana Vilma de Escobar es respaldada por un grupo de vendedoras

Por Por Julia Regina de Cardenal*

2013-12-18 6:03:00

Estamos cerrando otro año con mucha preocupación por la falta de trabajo; horror por los asesinatos de tantos hermanos salvadoreños; temor por la delincuencia que nos afecta a todos; tristeza por la pobreza; incredulidad por las promesas incumplidas y por el populismo que da ilusiones falsas; indignación por la corrupción de quienes usan para su propio egoísta beneficio los fondos del Estado necesarios para asistir a los más necesitados en salud, educación, infraestructura, etc.

Sin embargo, los salvadoreños recibiremos la Navidad y el Año Nuevo con esperanzas renovadas. Porque deseamos que mañana sea mejor y somos un pueblo cristiano, trabajador, que no se deja vencer a pesar de tanto flagelo. Lo que no podemos seguir permitiendo es continuar siendo engañados, utilizados y silenciados. Es importante que nos unamos en un clamor que defienda la justicia, la libertad, nuestra identidad cultural, nuestros valores cristianos y los derechos humanos de todos los salvadoreños.

La Navidad nos recuerda anualmente muchas enseñanzas que Jesús quiso darnos: Que eligió nacer pobre pero con un padre y una madre, mostrándonos la relevancia del matrimonio. También en su genealogía leemos que hay asesinos, adúlteros, prostitutas, etc., demostrándonos que, desde antes de nacer, al planificar la redención de la humanidad vino a salvar a los pecadores, que somos todos, pero que Él nos llama a no pecar más para lograr la felicidad.

Habitualmente, una minoría utilizada por algunos organismos internacionales pretende trasmitir una falacia en todo el mundo, que demagógicamente difunden con respecto a la defensa de “nuevos” derechos humanos. Sin embargo, la semana pasada, el Parlamento europeo dio un importante paso hacia el respeto a la vida y la familia, al rechazar nuevamente el “Informe Estrela”, que pretendía imponer en toda Europa la ideología de “género”, la “salud sexual y reproductiva” y “derechos reproductivos”. Esta terminología, que suena bonita, en realidad promueven el “derecho” al aborto, al desorden sexual, la fornicación, aun para menores de edad. Ese informe es promovido por Planned Parenthood, ILGA o Amnistía Internacional.

Los debates alrededor de la vida, el matrimonio y familia tienen carácter universal. En unos países las propuestas no son humanistas, pero en otros dan pasos hacia la conservación y refuerzo de la mejor tradición humanista. Esto es lo que debemos de lograr en El Salvador.

En muchos países los políticos y gobernantes están escuchando el clamor del pueblo. Somos la mayoría los que defendemos la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural; los que defendemos el matrimonio natural como una institución que vela por el desarrollo de la familia y de una sociedad sana y la defiende de los ataques de grupos que pretenden redefinir el matrimonio o reinventar la familia.

Los salvadoreños, en unos días, también tendremos la oportunidad de expresarnos públicamente para que no nos impongan doctrinas contrarias a nuestros valores. La mayor tragedia que nos puede pasar es que nos acostumbremos o conformemos con lo peor y que renunciemos a combatirlo como si fuese inevitable. Cada momento, con cada acto, palabra y omisiones, nosotros escribimos la historia humana, personal y colectiva. Tenemos una gran responsabilidad. Hagamos este esfuerzo entre todos para que nuestras voces sean escuchadas.

Vamos todos el sábado 28 de diciembre a la marcha “FAMILIA, SANTUARIO DE LA VIDA”, no solo a defendernos ante las amenazas de los grupos antivida y antifamilia, sino a una gran celebración ciudadana de salvadoreños comprometidos a mejorar el futuro de nuestra patria. Saldremos a las 2:00 p.m. de El Salvador del Mundo hacia la Plaza Cívica, frente a la catedral. ¡Habrá música, premios y mucha alegría!

* Columnista de El Diario de Hoy.