Carta a Patty Valdivieso y Karla Hernández: Dejen que la justicia opere y la ciudadanía presione

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Antonio Saca desvaneció poco más de $1.5 millones antes que los magistrados decidieran mandar su caso a juicio.

/ Foto Por MARIO AMAYA

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2016-02-24 9:32:00

Estimadas diputadas:

Me encanta que ustedes dos sean diputadas activas, audaces, dispuestas a tomar el riesgo del debate – rompiendo con la mala tradición de esperar que los jefes de fracción o del partido les den la palabra y les proporcionen el discurso. Diputados proactivos es precisamente lo que necesitamos, y por esto presionamos que el voto sea por cara. 

Siempre lo audaz conlleva el riesgo de equivocarse. En política, no hay que tenerle miedo a equivocarse, pero sí es importante ser abierto a la crítica y a corregirse. 

Todos criticamos al alcalde Bukele cuando llevó una turba partidaria a la sede del Fiscal General para presionarlo. Déjenme decirles que ustedes hicieron algo parecido, tal vez no tan grave, pero que sí es muestra del mismo error fatal de querer politizar y partidizar la justicia. Como diputadas de ARENA fueron a la Fiscalía para poner un ‘aviso’ que investiguen la relación de Mauricio Funes con el escándalo de corrupción brasileño, que involucra al señor Joao Santana, amigo personal de Vanda Pignato, estratega de la campaña electoral de Funes, y arquitecto de la muy cuestionada agencia Polistepeque, a la cual la Casa Presidencial de Funes quiso dar el monopolio de publicidad gubernamental.

No es oficio de ARENA presionar a la Fiscalía a que haga su trabajo. Hay que dejar que la justicia y sus instituciones funcionen – sobre todo ahora que hay señales que estas instituciones, incluyendo la Fiscalía, se están liberando de las influencias y amarres políticas y partidarias. Y si no funcionan debidamente, ya tenemos una ciudadanía dispuesta y capaz de ejercer la presión cívica suficiente. 

Los partidos y los políticos tienen que dejar que las instituciones funcionen sin indebida influencia partidaria, y tienen que dejar que la ciudadanía, la opinión pública, los medios se sigan empoderando para exigir y pedir cuentas a jueces, policías, fiscales y magistrados.

Tanto fue dañina la acción del alcalde Bukele, del secretario general del partido de gobierno, Medardo González, y del secretario presidencial de movilización de masas, Marcos Rodríguez, en frente de la Fiscalía, como la interferencia propagandística de ustedes y otros representantes de ARENA en investigaciones y procedimientos jurídicos.

En este sentido, es correcta la posición de Edwin Zamora, como dirigente arenero en el concejo municipal de San Salvador, de no dejarse presionar por cabezas calientes que quieren que use para propaganda partidista el tema de la investigación policial y fiscal, en la cual actualmente se ve involucrado el alcalde Bukele en el caso de los ciberataques contra los periódicos nacionales. Como concejales, los areneros pueden pedirle cuentas al alcalde para que explique si se han comprometido fondos y estructuras de la alcaldía en la comisión de delitos y en campañas políticas llevadas adelante con métodos ilícitos. Hasta ahí. Pero que nadie pida a Edwin Zamora y los demás concejales opositores que se conviertan en acusadores y echen leña partidaria al fuego.

Las investigaciones contra Bukele, Funes, Saca y otros están en manos de las instituciones pertinentes, y mientras no haya indicios que Probidad, Corte Suprema, las cámaras civiles y penales y la Fiscalía no cumplen su rol, es contraproducente que los partidos se metan, ni en defensa de los implicados, ni acusándolos, ni mucho menos armando juicios paralelos y precondenas políticas y mediáticas.

No se olviden que también vienen casos que involucrarán a exfuncionarios de ARENA – y si ustedes actúan mal ahora, esto sólo va a provocar que otros partidos hagan lo mismo. 

Ustedes dirán que ya lo estaban haciendo, por ejemplo en el caso Paco Flores. Correcto, pero esto no es razón de hacer lo mismo, por el contrario: es razón de tener el máximo cuidado de actuar correctamente y dejar que la justicia funcione.

Saludos, Paolo Lüers