Microcréditos serán los más afectados por la ley

Los créditos de cantidades pequeñas así como las tarjetas de crédito podría modificarse

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El sistema financiero esperará a que el banco central publique las tasas de referencia para los diferentes segmentos de crédito, para decidir qué políticas de financiamiento seguirá.

Por Karen Molina nacional@eldiariodehoy.com

2013-01-18 9:00:00

Si bien todos los créditos personales, hipotecarios y tarjetas de crédito están desde ahora en la cuerda floja, por la aprobación de la nueva ley contra la usura, son en definitiva, los microcréditos para las pequeñas empresas los que más resultarán afectados por esta nueva herramienta legal, según coincidieron ayer las autoridades de la Asociación de Organizaciones de Microfinanzas (Asomi) y la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa).

El diputado del PDC, Rodolfo Parker, auguró que contrario a erradicar la usura, la nueva ley, que entrará en vigencia dentro de cuatro meses, motivará a las personas a recurrir al verdadero agiotismo pues al controlar los precios de los productos financieros, mucha gente ya no podrá acceder a tarjetas de crédito y préstamos personales de mínimas cantidades con los que se financiaban.

La directora ejecutiva de Asomi, Roxana de Durán, señaló que cuando la ley entre en vigencia, las microfinancieras tendrá que reconsiderar sus costos de operación y revisar las políticas para otorgar créditos así como la oferta de sus productos.

La ley podría obligar a estas entidades a endurecer los requisitos para solicitar un préstamo, sobre todo aquellos que rondan los 500 dólares o menos que son requeridos por dueñas de pupuserías, tiendas, panaderías y otros pequeños negocios.

También tendrán que considerar los productos que ofrecerán de ahora en adelante, como tarjetas de débito y crédito, que ya eran el objetivo de algunas de las microfinancieras. “Esta ley va a redefinir toda nuestra metodología y administración de préstamos”, afirmó.

Sin embargo, quieren esperar a que el Banco Central de Reserva (BCR) publique las primeras tasas de interés, que serán la referencia para el cobro máximo de tasas de interés por producto.

En los bancos

En los bancos, la historia es diferente. La directora ejecutiva de Abansa, Marcela de Jiménez, aseguró que por el momento no prevén un impacto negativo en sus clientes. “Esperamos que nuestros clientes no tengan ningún impacto”, manifestó.

De Jiménez dijo que el sistema financiero dará estricto cumplimiento a la ley y que, antes de modificar sus políticas de préstamo o sus productos, prefieren esperar a que el Banco Central de Reserva publique las primeras tasas de interés que serán referencia para las que les deberán ofrecer a los clientes.

Según quedó establecido en la ley, el BCR deberá publicar cada seis meses las tasas máximas por tipo de crédito (personal, tarjeta de crédito, de vivienda, para empresa y multidestino). La tasa máxima que la entidad financiera deberá cobrar al clientes será el resultado de multiplicar la tasa de interés que divulgó el BCR por el factor 1.6, que quedó establecido y ratificado en la ley.

Así, por ejemplo, si la tasa de interés para un crédito personal es del 14 %, este número debe multiplicarse por ese factor de 1.6 con el que obtendrá la tasa máxima que se debe cobrar por año. Si la entidad cobra más, caería en la usura.

Abansa y las microfinancieras sabían que muchos de los créditos que se otorgan actualmente superarán ese umbral de tasa máxima, por lo que insistieron desde un inicio a los legisladores que se aprobara un factor multiplicador de 1.9. Sin embargo, los diputados no cedieron a esta solicitud.

El mismo presidente de la República, Mauricio Funes, les pidió en sus observaciones, que elevaran ese factor multiplicador al 1.8 para que las financieras tuvieran un mayor margen de maniobra y sus costos no se elevaran.

Pero los diputados no cambiaron su opinión y decidieron mantener el 1.6 que habían aprobado con semanas de anticipación.

De Jiménez dijo que con esta ley, el BCR tendrá un rol protagónico pues de él dependerá la metodología para que las entidades financieras apliquen las tasas de interés que corresponden.

El trabajo de verificación del cumplimiento de esta ley quedará en manos de otras entidades como la Superintendencia del Sistema Financiero y la Defensoría del Consumidor.

Otra de las preocupaciones es el préstamo que realizan las casas comerciales y los almacenes. Debido a que los préstamos son pequeños y la tasa de interés siempre es alta, por el riesgo de impago que representan. Las empresas tendrían que modificar sus métodos de financiamiento.