Siempre agarre su espacio para comer

Los empleados pasan más tiempo en sus trabajos que en casa, por eso hay etiquetas de convivencia que debe respetar.

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Por Redacción Negocios negocios@eldiariodehoy.com

2017-06-24 6:07:22

El almuerzo es el momento exacto de la mitad de la jornada diaria, por eso es importante hacer un paréntesis y tomar un descanso, pero por la presión y la carga laboral, varios empleados optan por reducir sus horarios de comida, o comer mientras trabajan, para aprovechar al máximo el tiempo.

Si este es su caso es importante que tome en cuenta que una hora de esparcimiento para alejar la mente de los asuntos laborales hace mucho bien; puede ser comiendo con calma, tomando un paseo o tomando media hora a la mitad del día para correr un poco en el gimnasio. Cuando los empleados regresan a trabajar después de hacer estas pausas, su desempeño es mucho mejor, sobre todo si se hace con frecuencia.

Tomarse un descanso a la mitad del día para regresar fresco y con energía nueva puede hacer maravillas para la moral y la productividad.

Según los especialista lo ideal es que este espacio para degustar los alimentos dure por lo menos 30 minutos, para lo cual el colaborador debe desconectarse de todo lo que tenga que ver con el trabajo, como estar leyendo correos o contestanto mensajes desde el teléfono, por ejemplo.

No coma en el escritorio

Comer en el mismo sitio de trabajo puede convertirse en algo aburrido a lo largo de cada semana, por lo que es fácil rendirse y acabar sucumbiendo a la comida rápida. Pero aunque lleve su lonchera con los alimentos más saludables del mundo, el almuerzo en la zona de trabajo puede ser muy peligroso para la salud.

Si es una ocasión esporádica, no hay problema. Pero si esa práctica se convierte en algo habitual, debe comenzar a poner atención en ese hábito, porque el organismo, tarde o temprano, lo sentirá, según un reciente estudio de la Universidad de Toronto, Canadá.

Al cuerpo no sólo se le ayuda con la ingesta de alimentos nutritivos y bajos en grasas, sino que también influye, y mucho, el cómo, el cuándo y dónde se consumen.

El informe, elaborado por la citada universidad, sobre patrones de alimentación en oficinas, revela que la ausencia del descanso y la comida en condiciones inapropiadas pueden conducir a la fatiga, a problemas de peso y a una caída de la productividad.

Además, el tiempo que se le dedica a la comida también representa un factor importante en la alimentación y la salud. Cuando se come en el escritorio, lo hace más rápido, por lo que el organismo no llega a procesar el alimento de la manera adecuada. Así, la investigación detalla los cuatro problemas a los que nos podemos enfrentar:

1. Aumento de peso

El no tomarse un tiempo de descanso para comer hace que el cuerpo, en medio del movimiento laboral, incremente el nivel de ansiedad. Eso conduce a un déficit en el proceso de quemar las calorías consumidas. Además, el comer en soledad y de manera rápida hace que el cuerpo tenga más dificultades para poder procesar ese alimento.

2. Fatiga cerebral

El ser humano dispone de una cantidad determinada de energía psicológica que se puede usar durante el día. El esfuerzo por el comportamiento, la interacción con los demás y el lograr enfocarse en un trabajo surge a raíz de esa energía. Si come y trabaja al mismo tiempo, es imposible que el cuerpo pueda recargar esa energía.

3. Trastornos psicoemocionales

El comer solo enfrente de la pantalla del ordenador también acarrea problemas sociales y psicológicos. El espacio común ejerce un rol de unidad entre los trabajadores y es, en una gran parte, donde se fortalecen las relaciones entre compañeros de trabajo. El estar en soledad todo el tiempo y con la cabeza exclusivamente puesta en el trabajo genera un desgaste psicológico y aleja las posibilidades de generar un punto de encuentro con los colegas.

4. Problemas cognitivos

El mantenerse encerrado en un mismo lugar puede resultar perjudicial en el tema cognitivo, lo que afecta la salud del trabajador y repercute negativamente en su tarea. El estudio detecta que disponer de la oportunidad de salir a comer al aire libre o fuera del edificio de trabajo tiene efectos restaurativos en el cerebro.