Baterías Superior de El Salvador celebra en 2017 su sexagésimo aniversario de operar en el país. La idea que comenzó con un hombre soñador mantiene su vida y legado gracias al trabajo de la familia.
Baltasar Portillo tenía un taller automotriz donde además de ofrecer su servicio, vendía llantas y despachaba gasolina. Su hija, Patricia de Vignolo, actual gerente general, cuenta que fue en 1956 cuando el empresario decidió ampliar el giro de su negocio existente para incursionar en la manufactura de baterías.
En viaje a Milwaukee (Estados Unidos), Portillo recibió capacitaciones en las fábricas de baterías estadounidenses y tras estrechar relaciones de amistad con los empresarios del rubro, quienes además le presentaron a proveedores de maquinaria y materias primas, regresó a El Salvador.
Un año después, la fábrica de Baterías Superior comenzó a operar en la 3a. Calle Poniente y 15a. Avenida Norte, en San Salvador, donde hoy en día se encuentra su casa matriz.
Vignolo aseguró que la idea de usar un rinoceronte como logo e imagen comercial de la empresa, surgió cuando Portillo visitaba un zoológico en Estados Unidos. “Al hacer una pausa, él vio la potencia y fuerza del rinoceronte y dijo ???mi batería se va a llamar Superior’. Él siempre decía Batería Superior, su arranque es más seguro que la salida del sol”, dijo la gerente.
Durante algunos años, con el crecimiento de la empresa, la fábrica tuvo que trasladarse. “Ya no cabíamos. Se construyeron unas naves industriales en la carretera a La Libertad, pero en 1991, él decidió que ya no fabricaría las baterías sino que las importaría”, recordó Vignolo.
La principal razón de ya no producir las baterías, dijo, fue la incapacidad para instalar una fábrica de reciclaje.
Actualmente, Baterías Superior importa baterías desde Estados Unidos, Corea y México. Su portafolio de clientes incluye a más de 150 distribuidores a nivel nacional y cuenta con una plantilla de 11 colaboradores.
En el último año, la empresa creció entre 10 y 13 % y aunque no planea incurrir en otros rubros económicos, la gerente destacó que la empresa seguirá “creciendo como familia y generando más empleos”.
“Permanecer 60 años en el mercado no es fácil. Hay competidores leales y otros que no, es una lucha continua. Pensamos seguir creciendo en el mercado, con la gran familia Superior y con los valores que tenemos en la empresa”, puntualizó.
Reconocimiento empresarial
En honor a la celebración de sus seis décadas de operaciones, la empresa entregó placas de reconocimiento a tres de sus colaboradores más antiguos. A Rosadela Flores, gerente de ventas con más de 40 años de experiencia; a Felipe Monterrosa, técnico de baterías, con 36 años de diagnosticar y revisar baterías, y a Jorge Rodríguez Durán, jefe de taller, con 26 años de encargarse del mantenimiento de vehículos.
Además, a través de un concurso en redes sociales, Baterías Superior finalmente bautizó como “Voltio” al rinoceronte que representa la marca, y cuya estatua en la casa matriz por años había sido nombrada como “El Guardían del Centro”.
Por otra parte, con la celebración de los 60 años, la empresa también creó la promoción “Superior 60”, regalando un alineado y balanceo al comprar la batería; y reiteró el servicio Battery Express, con el que se entregan, diagnostican e instalan baterías hasta donde el cliente se encuentre.