El acuerdo Transpacífico moverá $295 billones en ganancias anuales

El acuerdo se firmó ayer en Nueva Zelanda, creando la mayor área comercial del mundo.

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El tratado está compuesto por doce países, siendo esto el 40% del PIB mundial.

/ Foto Por EFE

Por Pedro Carlos Mancía / Agencias

2016-02-04 9:00:00

Doce países firmaron ayer en Nueva Zelanda el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés),  que creará el mayor área de libre comercio del mundo, en medio de protestas callejeras y un mensaje conciliador hacia China.

El TPP, que según Forbes México moverá ganancias netas estimadas en $295 billones de dólares anuales, representa el 40% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, y fue suscrito por los ministros y representantes de Estados Unidos, Japón, Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Perú, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam.

De acuerdo con el presidente de EE.UU., Barack Obama, el Acuerdo Transpacífico permitirá eliminar hasta 18,000 impuestos que se aplican a exportaciones de Estados Unidos y fortalecerá la marca “Hecho en EE.UU.”.

El primer ministro neozelandés y anfitrión, el liberal John Key, destacó durante la ceremonia celebrada en Auckland que el acuerdo refleja la confianza de los firmantes “en que la apertura y la integración de los mercados e inversiones propiciará la prosperidad de nuestros pueblos”.

La firma del TPP abre un proceso de dos años para que cada miembro lo ratifique individualmente y se necesitará, para que entre en vigor, que lo ratifiquen al menos seis de los firmantes originales, que representan el 85 por ciento del PIB combinado del bloque.

Los gobiernos de Nueva Zelanda y Australia presentarán la semana próxima el acuerdo a sus respectivos parlamentos, y en los próximos meses esperan hacerlo México, Perú y Chile.

Las autoridades de Malasia y Brunéi no necesitan pasar por el Legislativo para la ratificación; mientras que el nuevo Gobierno de Canadá tiene previsto, en cumplimiento de una promesa electoral, someter el tratado a un plebiscito antes de acudir al Parlamento.

El representante de Comercio Exterior de EE.UU., Michael Froman, confió en contar con el apoyo del Congreso de su país, que este año celebra elecciones, porque, según dijo, supone “grandes beneficios para la economía estadounidense, con un cálculo de 130,000 millones de dólares anuales de crecimiento del PIB”.

Según Froman, “el TPP no se dirige contra un país en particular, sino hacia el establecimiento de estándares más altos para la región. Estamos vinculados a China, como todos los países de la región y es importante tener una relación económica constructiva con ellos”.

El TPP, que representa a 800 millones de habitantes, es visto por algunos analistas como una medida que contribuirá a contrarrestar el poderío económico de China en el Pacífico.

El Ministerio de Comercio chino reaccionó ayer a la firma con palabras de apoyo al proceso de apertura del comercio y la inversión en la región y mostró su interés en el pacto. Corea del Sur, Filipinas, Indonesia, Tailandia, Colombia y Uruguay son otras naciones que han mostrado interés en el convenio.

La satisfacción expresada por los firmantes contrastó con las protestas que se organizaron en las calles de Auckland y que se unen a otras celebradas la víspera y otros días en diferentes ciudades de Latinoamérica.

“Si la injusticia es la ley, la rebelión es nuestro deber”, decía una de las pancartas que portaban cientos de manifestantes en Nueva Zelanda y que eran vigilados de cerca por un fuerte dispositivo de antidisturbios.

El TPP ha sido criticado por el secretismo que han rodeado las conversaciones que comenzaron hace cinco años y porque amenaza, según ONG  y centrales sindicales, los derechos laborales, el acceso a los medicamentos y el medio ambiente.

Otro de los puntos del acuerdo que consideran polémicos es que abre el camino a que los inversores extranjeros puedan demandar al Estado por cambios que afecten a sus inversiones.

A la espera del involucramiento chino

China dijo que estudia el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, en inglés) y que apoya el proceso de apertura del comercio y la inversión en esta región, después de la firma por doce países de ese acuerdo en Nueva Zelanda.

“El TPP es un acuerdo exhaustivo. China lo está estudiando y realizando una evaluación” del texto, según indicó un comunicado del Ministerio de Comercio. “Esperamos que los diferentes acuerdos para la liberalización del comercio en la región Asia-Pacífico se complementen entre sí y contribuyan conjuntamente al comercio, inversión y crecimiento económico de la región”, añadió.

Este acuerdo, apoyado activamente por Estados Unidos, ha sido considerado como un contrapeso a la influencia económica de China en la región, y otros países como Colombia, Indonesia y Filipinas han manifestado su interés en unirse a él.

El ministro chileno de Exteriores, Heraldo Muñoz, remarcó con motivo de la firma que el TPP es “perfectamente compatible” con el avance del Área de Libre Comercio del Asia Pacífico, promovido por el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), que incluye a China.

“China es el principal socio comercial de Chile y esperamos profundizar esta relación, por lo que pensamos que debemos converger en lugar de verlo como una divergencia”, dijo Muñoz.

La amenaza del TPP

La participación de Vietnam, uno de los grandes productores de textiles en el mundo, en el TPP es considerado como una amenaza para países como El Salvador. De acuerdo con datos preliminares de la Cámara de la Industria Textil, Confección y Zonas Francas de El Salvador (Camtex) hay 50 millones de dólares anuales como mínimo que se encuentran en riesgo de perderse debido al Acuerdo Transpacífico. Eso se debe a que Vietnam produce muchos de los productos textiles que El Salvador también manufactura, lo que implicaría que estarían compitiendo directamente una vez se ponga en marcha el convenio. Aún más preocupante ha sido el ritmo de crecimiento asiático.

Mientras que, en los últimos diez años, la región centroamericana y República Dominicana crecieron 3% en sus exportaciones hacia Estados Unidos; en ese tiempo, Vietnam pasó de tener un 3% de participación de mercado a un 12% en participación textil. No obstante, Camtex se encuentra elaborando estrategias para poder evitar un mayor impacto derivados de   este acuerdo. Entre las estrategias elaboradas, la gremial buscará capacitar a las empresas miembros para que fabriquen productos que Vietnam no produce.

Para Camtex es fundamental aprovechar las ventajas competitivas de El Salvador sobre Vietnam, como es la cercanía que tenemos con Estados Unidos.