Agricultores agremiados a la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) externaron su preocupación porque este año los productores de granos básicos han perdido 291.3 millones de dólares, a raíz del daño que sufrieron las cosechas.
De acuerdo con las cifras presentadas por la gremial, la pérdida monetaria es producto de la inversión realizada en los 11.6 millones de quintales de maíz, 690 mil quintales de frijol y 599 mil quintales de sorgo que se dañaron y de los cuales no se pudo obtener ganancia. Esto solo en granos básicos; en azúcar estiman que serán afectados 3.5 millones de quintales (ver nota aparte).
El presidente de Campo, Luis Treminio, manifestó que la afectación que tuvieron los agricultores con tres meses de sequía hidrológica (de junio a agosto) y posteriormente con el temporal de lluvia que sobrepasó los indices de humedad del suelo (en octubre), conllevó a que las cifras fueran aún más alarmantes.
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De la producción total de maíz que es de 22.5 millones de quintales al año, se perdió el 52 %; de los 2.4 millones de quintales de frijol que se producen, se ha deteriorado un 23 % y de la producción de sorgo que ronda los 3.9 millones de quintales, se estima que la pérdida será de 15 %.
Lo que se suma a la preocupación de los agricultores es que por segundo año consecutivo la mayoría de ellos se vio en la necesidad de recurrir a préstamos bancarios para poder sembrar con la esperanza de tener con que alimentar a sus familias, y hoy no tienen la capacidad para poder cancelar sus deudas.
Aunque los salvadoreños aún contarían con un poco más de la mitad de la producción local de granos básicos para su consumo, los agricultores resienten que el sector continúe sumando pérdidas, quedándose sin su inversión, sin un dólar en los bolsillos para saldar sus deudas y además sin el alimento para sus familias.
Según lo manifestó Carlos Arteaga, uno de los representantes de la gremial, con el impacto que ha tenido el cambio climático, la situación en el campo se ha tornado más complicada.
“La situación se está agravando más en el campo, dado la falta de empleo, la falta de comida y creemos que esto puede generar una migración de gente tanto a la ciudad, como fuera del país. Son 116 mil familias que pueden estar padeciendo hambruna”, advirtió el agricultor.
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Según las predicciones de la FAO, este año la producción mundial de cereales se reducirá 4.7 millones de toneladas, lo que mantiene en expectativa a los agricultores, ya que al no contar con el dinero para asegurar su alimento ni con la producción de granos básicos, sus familias estarán en riesgo de padecer hambre.
Los representantes de Campo aseguran que han buscado alternativas para que el sector pueda salir adelante, pero que el apoyo para la agricultura local ha sido olvidada por el Gobierno. Señalan que pese a la crisis que viven, luego de la sequía se olvidó la declaratoria de emergencia para atender al agro.