???Hijo único???, el modelo agotado, pensión incierta

Ya no se requerirá de tres trabajadores para mantener a los jubilados en China. Con la nueva política bastará con 1.3, porque habrá más gente.

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Se tardará entre 20 y 25 años en ver los efectos del cambio en la tasa de fertilidad en China.

/ Foto Por WU HONG

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2015-10-30 11:17:00

PEKÍN. La decisión del Gobierno chino de que todas las parejas puedan tener dos hijos ha sido bien acogida por parte de académicos y ciudadanos, aunque se advierte de que sólo es el primer paso para frenar las consecuencias del envejecimiento del país más poblado del planeta.

Con alrededor del 15 por ciento de la población mayor de 60 años y pronósticos de que aumente a casi el 39 por ciento en 2050, la abolición de la llamada política del hijo único tras más de tres décadas era una necesidad de primer orden para China.

Convertida en segunda economía mundial gracias en parte a la potente mano de obra, el modelo ha quedado agotado y los tres trabajadores que hoy se requieren para mantener a un jubilado se reducirán a 1.3 dentro de 35 años.

Un panorama insostenible que, aunque hace que los expertos aplaudan la suspensión de la medida -que no permite en ningún caso la libre procreación, sino que limita el número de hijos a dos-, alerten también de que sus efectos serán muy limitados.

Cultura difícil de romper

Las limitaciones del sistema sanitario, los altos precios de las viviendas, el deterioro de la calidad del aire o los costes de la educación son motivos frecuentes para que las parejas en China sean reacias a aumentar su progenie.

En parte por ello solo 1.45 millones de familias se registraron para tener un segundo hijo tras la flexibilización de la política en 2013 (que permitió a las parejas en las que sólo uno fuese hijo único tener dos, frente al anterior requisito de que fueran ambos), cerca del 12 por ciento de los que cumplían con los requisitos.

La abolición completa anunciada ayer por el Partido Comunista supone que hasta cien millones de familias serán ahora beneficiadas, un 60 por ciento de ellas del mundo rural, donde el interés en tener descendencia suele ser mayor y donde la política ya era más laxa.

Según algunos estudios, se tardará entre 20 y 25 años en ver los efectos del cambio en la tasa de fertilidad y comprobar si las parejas se animan a tener un segundo hijo, por lo que no habrá impacto en la economía en el corto plazo ni en la desproporción de géneros que provocó el “hijo único”: unos 30 millones más niños que niñas en las pasadas tres décadas por la preferencia masculina. 

China planea un aumento gradual de la edad de jubilación (de 60 años en el caso de los hombres y de un mínimo de 50 para las mujeres que trabajan en fábricas, de 55 para las funcionarias) para revelar un plan final en 2017. -EFE