“Sería muy difícil impulsar un plan de estas dimensiones sin el apoyo de Estados Unidos”

Como representante del sector empresarial salvadoreño, Roberto Murray Meza acudió al ciclo de reuniones en Washington, donde se afinan detalles de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica. El empresario valora que este proyecto, bien llevado, generaría una "comunidad económica" en la región.

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Sería muy difícil impulsar un plan de estas dimensiones sin el apoyo de Estados Unidos

Por Tomás Guevara Corresponsal desde Washington nacional@eldiariodehoy.com

2015-03-18 9:00:00

El empresario Roberto Murray Meza ha participado esta semana en las rondas de reuniones y gestiones en Washington ante funcionarios de gobierno y de centros de análisis de la capital estadounidense, para la consolidación de apoyos para echar a andar el ambicioso proyecto encargado por la administración del presidente Barack Obama a los tres gobiernos del complicado Triángulo Norte de Centroamérica.

En esta visita de las comitivas de las cancillerías de Guatemala, Honduras y El Salvador, Murray Meza, además del vicepresidente del Grupo Calleja, Carlos Calleja, llegaron en representación del sector privado, que para los empresarios será clave en la materialización de esta propuesta que tutela desde Washington el vicepresidente, Joe Biden, y que dirige en calidad de secretaría técnica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Las comitivas cerraron anoche un ciclo de reuniones con congresistas, senadores y centros de análisis de la nación norteamericana, donde la bancada demócrata deberá convencer a sus colegas republicanos de apuntalar con más de 1 mil millones de dólares, propuestos por el presidente Obama, para sacar a los países del área centroamericana del rezago social y económico por el que se justifica la inmigración desordenada hacia suelo estadounidense.

En entrevista con El Diario de Hoy, Murray Meza plantea las inquietudes que atañen al sector privado, y dibuja las oportunidades que se vislumbran en el horizonte de este mega- proyecto regional que, de ser bien llevado, cambiaría la cara y las oportunidades de seguridad, educación, salud y empleo en el norte centroamericano.

¿Cuánto ha avanzado la propuesta del Plan de la Prosperidad desde que fue presentada el año pasado?

En la reunión con el vicepresidente Joe Biden en Guatemala hubo un compromiso inicial de los tres presidentes, los cancilleres y el sector privado, para hacer una serie de planteamientos como la contraparte de lo que la región podía ofrecer al plan norteamericano; en esta ocasión venimos para enfrentar algunas dudas que tienen algunos senadores y congresistas, para aclarar algunas cosas relacionadas con el plan; también para exponer esta propuesta a organizaciones como The Heritage Foundation, el Consejo de Seguridad Nacional, el Consejo de las Américas, Diálogo Interamericano, el Caucus hispano del Congreso y medios de comunicación.

¿Qué aspectos se han tratado con los legisladores del Senado y el Congreso?

Esta mañana tuvimos una reunión con el Caucus Hispano, formado por los congresistas hispanos, quienes tienen mucho interés en el tema de la migración que hubo el año pasado que sobrepasó los estimados de los países centroamericanos como de los Estados Unidos. Ellos tienen interés que esos recursos, que son significativos, 1.1 mil millones de dólares, que se administren bien, con transparencia y que realmente sirvan para los destinos que han sido establecidos y que, en alguna forma, tengan la participación de la sociedad civil, ONG y el sector privado, que tienen un rol importante en la proyección y promoción de la inversión privada que es la que genera empleos.

¿Qué tipo de plataformas se están planteando para manejar esta megadonación dirigida a tres países, de algún modo distintos?

Afortunadamente, El Salvador tiene más experiencia que los otros países, porque ha manejado un primer Fomilenio, luego está el Asocio para el Crecimiento, en el que he participado y, un segundo Fomilenio del que también estoy en la directiva. Entonces hay un modelo que ha servido muy bien para garantizar la transparencia para establecer mediciones, evaluaciones y monitoreos muy específicos que ayudan a que el desembolso se vaya haciendo de una forma ordenada y que puede servir un modelo para los tres países de Centroamérica.

¿Pero ya se ha definido un modelo de ejecución del programa?

Todavía no, pero yo creo que se está avanzando bastante, los cancilleres y las secretarías técnicas de los países lo están estudiando y nosotros estamos participando en esa discusión y la misma USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) está evaluando en qué forma aprovechar las experiencias ya logradas en El Salvador y otros países para un mejor manejo de la ayuda.

¿Qué tipo de participación tendría el sector privado al que usted está representando en esta visita de trabajo?

Participaría en dos niveles: primero en la mesa de supervisión del programa, como participa en Fomilenio, también en los programas mismos, porque muchos de los programas tienen que ver con impulsar la inversión privada y con asegurar que se generen empleos; se espera que el empresario se comprometa a invertir y con ese compromiso se pueda atraer a otros inversionistas a El Salvador para nuestro caso.

¿En que momento cree usted que debe empezar a fluir la propuesta con las alcaldías y otras instancias de conexión directa con la población?

Todavía no se ha hablado de ese punto, pero creo que será necesario tomar en cuenta a los gobiernos municipales, en especial, los de las zonas seleccionadas, no solo para temas de inversión, sino por otros tópicos como seguridad, gobernabilidad y transparencia e incluso para formación de capital humano, cuál es el recurso humano que se necesita y de qué competencias hay que dotarle para que sea empleado.

¿Usted cree que este plan sería como el embrión para crear una zona económica en Centroamérica?

Yo creo que esto sería el paso a la profundización de una comunidad económica, aunque creo que no fue la intención, ha surgido un proyecto que promueve el desarrollo regional y las sinergias que hay entre los tres países; creo que eso va ser un beneficio importante para la región. Estados Unidos ha puesto la migración como un asunto medular para encaminar esta propuesta, pero para los países centroamericanos la migración es un soporte fuerte a las economías.

¿Cómo cree que deben hacerse conciliar estas dos visiones?

Yo creo que ha tocado un punto importante, pero lo que se está buscando es frenar la migración desordenada e ilegal, mecanismos de migración ya hay, y pueden ser mejores y ordenados. Hay mucha preocupación en Estados Unidos por temas obvios como la seguridad nacional y temas laborales de que eso sea ordenado, racionalizado y que no se preste a los abusos que se presta a los niños no acompañados. Creo que en los Estados Unidos hay conciencia de que las remesas traen enormes beneficios a nuestros países y no se oponen a eso, a lo que se oponen es que la migración sea ilegal.

¿Qué mensajes pueden extraerse para los tres gobiernos del Triángulo Norte?

Creo que nuestra presencia como empresarios responde a que esta no es una política del gobierno, sino que es una política de Estado; eso quiero decir que trasciende la administración específica en la que se está promulgando y así lo han manifestado los cancilleres de Honduras y de Guatemala, en este último para mencionar el presidente Otto Pérez Molina ha invertido todo su capital político en este plan y está haciendo esfuerzos para que todos los candidatos incorporen el apoyo a este plan en sus programas electorales y cree que lo está logrando con éxito. Honduras, de igual manera, lo ve como una política de Estado, no un plan de gobierno, y creo que le va traer enormes beneficios a la región.

¿Y El Salvador está en total sintonía también?

Creo que está en total sintonía y tiene un liderazgo en este asunto por el hecho de que ya ha tenido modelos similares con el Asocio para el Crecimiento, en donde empresarios y gobierno promueven un nuevo marco jurídico para fomentar la inversión extranjera, un país que ya cuenta con un segundo Fomilenio. El Salvador se ha desempeñado muy bien en estas reuniones y los planteamientos que se han hecho han sido muy concretos y ha tenido la oportunidad de presentar una visión conjunta de sectores con compromisos para seguir apoyando al país.

¿Cambia en algo cuando un plan, como este hecho en la región, que tener una fórmula prefabricada de la cooperación internacional?

Es un desafío grande diseñar un plan para un país, en este caso es para tres. No ha habido prefabricación, realmente el plan responde a planteamientos hechos por los tres países centroamericanos, que ha tenido sus observaciones, sugerencias y hasta mejoras en algunos casos por parte de EE. UU., pero no surgió como imposición, es un proyecto que ya se está llevándose a cabo antes de que llegue el dinero incluso.

¿Qué capacidad hay para articular esta propuesta con recursos propios de los países, en caso que no se lograran los 1 mil millones de dólares solicitados por la Casa Blanca al legislativo estadounidense?

Mientras el Congreso no apruebe, no podemos estar seguros. De parte nuestra, creo que sería muy difícil impulsar un plan de estas dimensiones sin el apoyo de Estados Unidos, podemos hacer algo y lo estamos haciendo, pero no con la magnitud y trascendencia que tendría con esa ayuda del Gobierno estadounidense.

¿Los pequeños y medianos empresarios, cómo cree usted que podrían calzar en la propuesta que están elaborando?

Hay mucho interés en el plan sobre las necesidades de mejoras reglamentarias que necesitan los pequeños y medianos empresarios y que sean atendidos por el plan; se busca que el sector público sea más eficiente, que tenga menores costos de energía, transporte y aduanas y que eso facilite a los pequeños y medianos empresarios. Hay énfasis en la pequeña y mediana empresa y se espera que estas medidas que impulsen la inversión y la prosperidad beneficien de mejor forma a estos sectores.

¿Se habla de proyectos fragmentados?

A estas alturas no, aunque cada país está preparando su carpeta de proyectos, pero en estas reuniones conjuntas de los tres países se ha mencionado uno que otro ejemplo, pero no hay un índice de proyectos cuyo portafolio sea sometido al plan. Pero va haber muy rápido, porque estas oportunidades tienden a ser bien aprovechadas por la gente.