Pepe Mujica, el anticapitalista progresista

El Banco Mundial considera que Uruguay tiene un buen desempeño macroeconómico y ha logrado clasificar como un país de renta alta.

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Según la Revista Pulso, Mujica cerró 2014 con una aprobación del 58 %, cuatro puntos por debajo del nivel de aprobación que logró al asumir el mandato (62 %) en 2010. foto EFE

Por Por AGENCIA EFE| Fotografía EFE

2015-03-02 6:00:00

MONTEVIDEO. El exguerrillero anticapitalista José “Pepe” Mujica dejó la presidencia de Uruguay el domingo pasado, elevado a la categoría de ídolo mundial por su austero estilo de vida, su rechazo al protocolo y su “sentido común”, como él mismo lo ha definido.

Este desaliñado presidente, hoy de 79 años, pasó por el grupo guerrillero Tupamaros, con seis heridas de bala y 14 años de prisión, durante la dictadura uruguaya (1973-1985).

Vive en su muy humilde granja a las afueras de Montevideo, cultiva flores, donaba el 90 % de su salario para construir viviendas sociales y aún maneja su propio Volkswagen “escarabajo” de 1987.

Acompañado por su mujer, la senadora Lucía Topolansky, también exguerrillera tupamara, y su perra Manuela, de tres patas, apareció retratado en los diarios de medio mundo sentado en el jardín de su casa como un abuelo sabio, calzado con sandalias y con los pantalones arremangados.

Bajo el dogma de que “a los que les gusta mucho la plata hay que correrlos (echarlos) de la política”, Mujica se ha cansado de repetir que él no es “pobre”, sino que precisa poco para vivir.

Su legado

Barack Obama, Mijail Gorbachov, Dilma Rousseff, Hugo Chávez, Michelle Bachelet, Juan Manuel Santos o Fidel Castro han sido algunos de los líderes mundiales que han expresado estos años su admiración por el “Pepe”, al igual que artistas tan variopintos como Joaquín Sabina, Ricky Martin, Andrés Calamaro, Emir Kusturica o la banda Aerosmith.

Antes senador del oficialista Frente Amplio, una heterogénea coalición de izquierdas que congrega desde comunistas hasta demócratas cristianos, Mujica sucedió en la presidencia a Tabaré Vázquez, a quien este domingo traspasó el mando, pues fue reelegido en los comicios de noviembre.

Con la economía uruguaya creciendo a buen ritmo, un trabajo que dejó en manos del vicepresidente Danilo Astori, Mujica se centró en profundizar las políticas sociales que pronto lo pondrían en la boca de todo el mundo. Primero fue la legalización del aborto a finales de 2012, después, en agosto de 2013, firmó la ley del matrimonio homosexual y, por último, a finales de ese año, la de la compraventa y cultivo doméstico de la marihuana. También bajó la pobreza de casi 40 % a 11 %, la indigencia es casi nula (0.5 %) y el país crece a ritmo interanual de 3.7 %, según el Banco Mundial.

Más allá de estas populares leyes, la verdadera cruzada vital del “Pepe” es contra los altos niveles de consumo de la sociedad actual y el sistema contemporáneo que, según sus palabras, “necesita permanentemente que la economía crezca” para que “la capitalización continúe”. — EFE