Luego que un tramo de la carretera internacional CA-4, en la comunidad El Portillo, Sinuapa, en Ocotepeque, en el occidente de Honduras, se desplomara por las fuertes lluvias el lunes pasado, el tráfico de mercadería entre El Salvador, Guatemala y Honduras enfrenta serias dificultades para llegar a su destino.
Según el presidente de la Asociación Salvadoreña de Transportistas Internacionales de Carga (Astic), Raúl Alfaro, desde el lunes, cuando parte de la carretera de Ocotepeque se desbordó, los camiones quedaron varados con la mercancía que llevaban y, aunque el miércoles varios motoristas se atrevieron a pasar bajo su propio riesgo, ayer se les impidió continuar circulando para poder realizar las labores de remoción.
Aunque algunos transportistas han buscado la vía alterna, en El Salvador pasando por Metapán hacia la frontera Anguiatú, siguiendo por Copán hasta San Pedro Sula, tal como lo señaló Alfaro, esto implica mayores gastos monetarios, diésel y pérdida de tiempo para llegar al destino.
Por la carretera CA-4, que es la vía por la que suelen pasar los transportistas, el recorrido ronda unos 350 kilómetros, mientras que al utilizar la Anguiatú deben recorrer al menos 410 kilómetros, lo que implica 60 kilómetros más.
Esto, además del tiempo, les está generando más gasto en combustible. “Lo recomendable es que en estos momentos se haga un recargo de $100 por flete para los gastos de combustible extra”, apuntó el presidente de Astic.
Por la frontera El Poy que conduce hacia Ocotepeque, para llegar a San Pedro Sula, según lo refirió el representante de Astic, suele circular un promedio de 200 vehículos de carga con de 20 toneladas de mercadería, lo que se traduce en 4 mil toneladas que transitan a diario por esta carretera.
Pese a no contar con estadísticas de cuánta mercadería podría haberse visto afectada por el momento, el representante de la gremial de transportistas aseguró que varios motoristas han tenido que resignarse a utilizar la Frontera Anguiatú y buscar la otra vía para lograr llegar a destino.
Algunos han tenido que abstenerse y cambiar papeles para enviar la mercadería por otra vía, hasta que esto se solucione, comentó Alfaro.
También el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (CCIES), Luis Cardenal, señaló que esta – aunque no es una única opción para los transportistas-, si es una de las más utilizadas.
“No se ha podido agilizar el comercio por esa zona, no tenemos conocimiento aún de pérdidas y no sabemos cuánto es la afectación, pero esta es una vía importante”, enfatizó Cardenal.
De acuerdo con el presidente de la Corporación de Exportadores de El Salvador, Pablo Durán, el tiempo para solucionar el problema podría largarse un par de días, por lo que los empresarios deben buscar la vía alterna que mejor les convenga tanto para ingresar como para enviar mercadería a los demás países de Centroamérica.
Alerta por condiciones climáticas
Las lluvias que continúan azotando el territorio centroamericano mantiene en alerta a los países de la región.
En Honduras, la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) emitió el miércoles alerta roja para toda la zona norte del país y amarilla para los departamentos de Ocotepeque, Copán, Santa Bárbara y Alianza en Valle, según una nota publicada en el periódico La Prensa.
Hasta ayer Copeco reportaba 3,034 incomunicados, 942 evacuados y 792 albergados.
En El Salvador, las condiciones del tiempo también afectan el territorio, de acuerdo con la ministra de Medio Ambiente, Lina Pohl, se pronostica la formación de un nuevo sistema de baja presión que generaría más lluvias.
Esta condición que mantiene la región, especialmente el país vecino, según el presidente de Astic, debe tomarse en consideración, ya que, aunque se habilite el paso vehicular en la zona de Ocotepeque, “no dejará de existir peligro” para los transportistas, ya que se pasa al borde de un precipicio en la zona afectada.
Al cierre de esta nota, el paso por Ocotepeque en Honduras seguía inhabilitado y continuaban en labores de remoción en la montaña, ya que el desborde de la carretera ha reducido la calle a casi 2 metros de ancho.