Revolución energética en el País Vasco

Desde hace 40 años dan continuidad a su política energética, para garantizar el suministro, costos bajos y competitividad

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Asier Maiztegi, director de Desarrollo Estratégico de Tecnalia, una fundación privada dedicada a la investigación aplicada e innovación.

Por Por Guadalupe Hernández | Fotografía Erika Chávez

2014-09-01 10:00:00

A pesar de ser una región pobre en recursos energéticos naturales, el País Vasco cuenta con un tejido industrial altamente competitiva y dotado de infraestructuras portuarias y servicios auxiliares muy avanzados para el suministro energético.

Precisamente, esas bondades son el punto de partida con el que el gobierno y el Ente Vasco de la Energía trabajan para lograr una verdadera revolución energética inteligente, en la que la energía eólica “off-shore” constituye una de las apuestas principales.

De hecho, la región cuenta con una importante infraestructura energética para el crudo, gas y electricidad. Entre ellas se incluyen centrales de producción eléctrica, redes de transporte y distribución, terminales portuarias, conexiones internacionales e instalaciones de almacenamiento.

Lo más destacable es que en los últimos 40 años, la política energética del País Vasco ha mantenido un carácter continuista, una estrategia que se ha traducido en un sector industrial y energético eficiente y competitivo, sostiene Asier Maiztegi, director de Desarrollo Estratégico de la División de Energía y Medio ambiente de Tecnalia, quien la semana pasada participó como el ponente principal del Congreso Regional de Energía, organizado por la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI),

El experto conversó con Expansión sobre cómo el gobierno vasco ha liderado, junto con la industria, la transformación del sistemas energético y productivo, desarrollando así la capacidad de invertir en la promoción de nuevas tecnologías, las cuales son transferidas a la empresa privada.

¿Cómo está compuesto el sector energético en el país Vasco?

El país Vasco es una de las regiones más desarrolladas de Europa y está sujeto a la política energética nacional establecida en España, de modo que todas las comunidades autónomas tienen que acogerse al sistema regulatorio y a las condiciones de operación de los mercados. Con esa condicionante, las comunidades autónomas tienen limitaciones aunque también la oportunidad de influir en la política energética que van a llevar a cabo.

¿Cuál es la característica de la política energética adoptada por la Comunidad Autónoma?

La característica básica es que siempre ha habido un concierto directo y claro, una coordinación plena, una integración entre el gobierno autónomo y las necesidades de la industria. Esa interlocución fluida ha permitido que se puedan desarrollar iniciativas estratégicas exitosas para el País Vasco.

¿Cómo está compuesta la matriz energética?

Desde el punto de vista de los recursos naturales, la comunidad vasca cuenta con recursos muy limitados. No se dispone de apenas radiación solar, tampoco potencia eólica, y limitado suelo para la explotación agrícola; es una región abrupta, con mucha zona montañosa. La mayor parte de energía primaria se importa, aunque se dispone de plantas de cogeneración para obtener electricidad y satisfacer la demanda de forma eficiente.

¿Y eso no hace que la energía sea más cara?

El costo de la energía, salvo los incentivos al uso de la producción de energía, es bastante similar en toda España. Para la producción doméstica el costo está entre 0.19 a 0.21 euros el kilovatio hora ($0.25 a $0.27); mientras que para la producción industrial se ubica entre 0.10 a 0.12 euros ($0.13 a $0.15). El costo de la Energía en España es caro si comparamos con el resto de países de la Unión Europea, incluso se ubica dentro de los 8 a 9 países, de 27, con la energía más cara.

¿Cómo logran ser competitivos?

En nuestro caso, hace 45 años teníamos una industria muy pesada que consumía mucha energía de forma ineficiente, y en la década de los 80 nos encontramos con dos problemas: las empresas no eran competitivas porque tenían equipos obsoletos y el costo de la energía era demasiado elevado y su consumo ineficiente. Entonces, el gobierno junto al sector industrial comenzó a establecer una política de largo plazo para garantizar el suministro, bajar los costos de energía, sustituir los equipos e instalaciones obsoletas y favorecer la competitividad de las empresas.

¿Por qué debe ser una política de largo plazo?

La energía está sujeta a ciclos de inversión para generación y transporte costosos y de largo tiempo. Por ello la política energética debe ser integrada dado que está al servicio del resto de los sectores productivos y de servicios. La energía es un bien, un medio para la actividad económica y social, por lo tanto, cuando se define la política deben evaluarse los impactos que está generando en el sector privado y en la sociedad en general. De una toma de decisiones correcta en materia de política energética depende la competitividad de las empresas.

¿Toda la población tiene acceso a la energía?

Sí, toda la población tiene acceso a la energía, pero debido a la crisis y dificultades económicas ha comenzado a manifestarse un fenómeno de pobreza energética, fenómeno que apenas era evidente en Europa y en España, pero que en los últimos tres años se ha expandido afectando muy limitadamente al País Vasco. La energía cada vez es más cara y debido a la disminución de la renta per capita y el empobrecimiento de la población en general, no todas las personas pueden costearse la energía. Ese tipo de problemas se intenta solucionar a través de políticas sociales destinadas a sectores más vulnerables y establecer medios efectivos para que puedan tener acceso.

¿Considera que la experiencia del País Vasco se pudiera adoptar en El Salvador?

No es que se pudiera, se debe, dado que la energía es un medio básico, un bien para todos. La energía debe estar al servicio del resto de los sectores de actividad económica y de la sociedad. Por eso las políticas deben ser integradas. Supone una oportunidad para la transformación y evolución de los sistemas productivos, fomentando el desarrollo de un sector energético industrial.

¿Qué opina de la política energética local?

Creo que los documentos de política energética están muy bien desarrollados, se establece claramente que la energía es un recurso básico para el desarrollo y como la energía tiene que servir para la promoción de la competitividad de las empresas. La teoría está perfectamente documentada, el problema es cómo llevamos todo esto a la práctica. Creo que es importante dar un vistazo a países o regiones, que lo han hecho con relativo éxito, para poder extraer las gestiones positivas, para hacerlo mejor.

¿Cree que se le debe apostar por un cambio de matriz energética en El Salvador?

En El Salvador sucede lo que en muchos países, están dotados de mayores recursos naturales que otras regiones, pero no tiene ningún sentido diversificar la matriz energética sin que, además de la optimización de costos, se evalúen impactos macro y microeconómicos para una correcta toma de decisiones en torno a la planificación energética integrada.

¿Qué recomendaciones puede brindar al sector energético de El Salvador?

Se tiene que tener claro que la energía debe de estar supeditada al resto de necesidades que tiene un país, tanto para las personas con poder adquisitivo, como de las sociedades menos favorecidas, porque la energía es un medio para el desarrollo, y para tener empresas más competitivas. Por lo tanto, las políticas deben ser integradas.

También se le debe apostar al desarrollo de un sector industrial asociado a la energía, es decir, crear empresas que sean proveedoras de tecnología energética en toda la cadena de valor y así promover el mercado de energía. Por ejemplo, nosotros somos pobres en recursos naturales energéticos, pero somos muy fuertes en tener una industria que provee tecnología para el sector.