Sintéticos, un “clúster” de alto rendimiento

Con la creación del clúster, el país pasó de la tradicional maquila a producir el "full package" o paquete completo, es decir, desde el hilo hasta la confección

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La calidad de la mano de obra salvadoreña es el activo más importante de la industria textil y de la confección establecida en el país.

Por Por Guadalupe Hernández | Fotografía Omar Carbonero

2014-04-15 11:30:00

La industria textil y de la confección que opera en El Salvador no tiene nada que envidiarle a la de otros continentes. Y es que las manos de miles de salvadoreños participan en la producción de prendas con valor agregado, que hoy día visten a ciudadanos de cualquier parte del mundo.

Muchas de esas prendas son utilizadas en deportes de alto rendimiento, como ciclismo, atletismo, baloncesto, fútbol, y otros; así como también nuevas disciplinas, como pilates, yoga, crossfit (un programa de fuerza y acondicionamiento físico total) y fitness.

La producción de estos artículos está a cargo de un grupo de empresas internacionales que asentaron sus banderas en territorio salvadoreño atraídas por los bondades que trajo consigo el Tratado de Libre Comercio que El Salvador tiene vigente con Estados Unidos desde 2006.

Fue al ritmo de esa apertura comercial que las empresas decidieron integrarse y estrechar lazos de negocios, con la intención de obtener beneficios mutuos, como reducir los costos de operaciones y los tiempos de entrega de los pedidos.

Las empresas que decidieron embarcarse en el proyecto, al que llamaron “clúster” fueron George C. Moore Co., Apparel Production Services (APS), CS Central America, Pettenati, TExOps y ProDept y Unifi (que se integró poco después, en 2010).

“Siete productores de hilaza, telas angostas y anchas y empresas confeccionistas de prendas de vestir decidimos unir esfuerzos y colaborar a fin de mercadear las capacidades y mejores prácticas del clúster de sintéticos en El Salvador de manera conjunta”, fueron las palabras que pronunció al inicio del proyecto, Andrew Dreher, vicepresidente senior de George C. Moore, una compañía productora de cintas elásticas y rígidas. En la actualidad, el “clúster” esta integrado por 10 empresas. (Ver tabla).

Según el gerente general de George C. Moore, Jaime Campos, la apuesta del grupo, desde sus inicios hasta la fecha, ha estado enfocada en la fabricación de prendas sintéticas, y en mantener la verticalidad de la cadena de valor del sector.

George C. Moore, por ejemplo, ha contribuido a ampliar la capacidad de las empresas de la región que confeccionan ropa interior, prendas atléticas de compresión y de alto rendimiento, trajes de baño, prendas médicas y ortopédicas, uniformes industriales y militares, para que se abastezcan localmente de cintas elásticas en tejido de punto y tejido plano.

A través de los años, el clúster ha desarrollado una red de contactos y de cooperación, comparte mejores prácticas, información sobre clientes y tendencias, proveedores, así como la oportunidad de abordar y enfrentar los retos de manera conjunta. “Entre nosotros, no nos vemos como competidores, pues estamos conscientes de que uniendo esfuerzos como grupo es que vamos a hacer más atractivo el país y la región para que los detallistas y marcas más importantes continúen produciendo sus colecciones en la región”, añadió Campos.

“La sinergía que este grupo de empresas tiene es enorme, ya que somos una cadena completa para fabricar una vestimenta de valor agregado y alto desempeño”, afirmó el gerente general de planta de Unifi, Carlo Melara.

El ejecutivo comparó el clúster como el de un vehículo fabricado con los más altos estándares de calidad, mantenido por los mejores técnicos. “Esta máquina, que tiene un valor actual de $200 millones, está preparada para una carrera a nivel mundial”, añadió.

Hace dos años, Unifi incursionó en la fabricación de las prendas Repreve, las cuales son elaboradas con fibra 100 % reciclada.

Esta línea de producción, que inició en la casa matriz en Estados Unidos, estimula la conservación de los recursos naturales y la energía, ya que se estima que cada libra de este hilo conserva el equivalente a la mitad de un galón de gasolina, detalló Melara.

Otras líneas producidas por Unifi son la Sorbteck, que es un hilo fabricado con tecnología de control de la humedad; la Reflexx, una familia de hilos de alta capacidad de estiramiento; y Augusta, que a la vista y al tacto parece algodón, pero con un rendimiento de sintético. También fabrican hilos más resistentes al fuego.

Otra empresa que ha destacado por la fabricación de artículos innovadores es TexOps, la cual representa el último eslabón de la cadena de suministros, pues se especializa en la confección de prendas terminadas.

La empresa, de capital estadounidense, fue una de las primeras en aplicar la serigrafía por sublimación en sus prendas.

Juan Zighelboim, presidente de TexOps, comentó que para garantizar la fabricación de prendas de alto valor agregado, las empresas mantienen una inversión anual en tecnología. En el caso de TexOps, la inversión ronda un millón de dólares anuales. “Recientemente recibimos una maquina europea con lo ultimo tecnología de sublimación, y vamos a seguir invirtiendo en ese renglón”, sostuvo Zighelboim.

Otro eslabón importante en esta cadena es la brasileña Pettenati, que se estableció en el país en 2008, con una inversión inicial de $50 millones. Desde entonces hasta el año pasado, la inversión ha alcanzado los $75 millones, en su mayoría en adquisición de tecnología de punta.

Pettenati produce telas sintéticas de poliéster y nylon para grandes marcas deportivas, entre éstas Reebok, Adidas, Under Armour, entre otras.

En George C. Moore, la inversión en tecnología tiene como fin mantener telares que produzcan con mejor calidad y mayor rapidez. El plan de inversión anual en tecnología es equivalente al 1% de las ventas.

“Tenemos que estar al día con la tecnología, porque por ejemplo, si Unifi o CS introducen una nueva fibra, nosotros podemos darle otra propiedad al elástico y hacer una nueva gama de productos”, dice Campos.

A juicio de Melara, contar con una cadena de suministros integrada ha permitido garantizar ciclos de entrega más cortos y costos más competitivos.

La calidad de las prendas fabricadas con maquinarias de última tecnología, y con el esmero de la mano de obra salvadoreña son parte de las ventajas competitivas del clúster, único en la región centroamericana, que en total genera más de 5,500 empleados directos.