Crisis política EE.UU. con alto impacto fiscal y global

El FMI ha advertido que falta de acuerdo es potencial crisis para los mercados financieros

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Estados Unidos está de nuevo al borde del colapso fiscal si el jueves no hay acuerdo para más endeudamiento. Ayer el presidente Barack Obama se reunión en el salón Oval con líderes de la Casa de Representantes. En vano. foto EDH/Reuters

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2013-10-15 9:00:00

Las negociaciones en el Congreso estadounidense para resolver un estancamiento fiscal sufrieron un duro revés, dejando a las dos cámaras intentando conseguir una forma de poner fin a la paralización del Gobierno federal y elevar el límite de endeudamiento del país y con solo 24 horas de la fecha tope para evitar caer en impago.

Hasta anoche, e independiente del desenlace de la crisis política que tiene paralizada la administración federal de EE.UU., “se ha producido un daño que ya es irreparable: la imagen de ingobernabilidad y zozobra que surge desde la capital de la nación más poderosa del mundo”, publicó ayer el corresponsal del diario español El País.

“Incluso si un acuerdo de última hora retrasa por un periodo corto la gran catástrofe, que parece hoy la solución más probable, la estabilidad económica mundial queda amenazada por la incertidumbre constante sobre la capacidad de los líderes políticos norteamericanos de poner en orden su propio presupuesto”, según ese diario.

Y es que la administración pública EE.UU. cumple este miércoles 15 días funcionando al mínimo. Los monumentos más emblemáticos del país —la Estatua de la Libertad, el Cañón del Colorado y el Monte Rushmore— han reabierto gracias al dinero donado por los estados que los albergan. Dos leyes de urgencia han asegurado que los 800,000 funcionarios en paro cobren sus salarios con efectos retroactivos y que las familias de los soldados caídos en este periodo de inactividad reciban los beneficios que les corresponden. Otros recursos legales de emergencia han permitido que regresen al trabajo parte de los empleados del Pentágono y de otros departamentos, cuya ausencia comenzaba a afectar a la seguridad nacional. Pero algunos ensayos clínicos fundamentales, así como otros servicios médicos, inspecciones de alimentos o procedimientos judiciales en tribunales federales continúan paralizados. Esta semana puede cesar la recogida de basura en la ciudad de Washington, cuyo presupuesto debe de ser, por ley, aprobado por el Congreso federal.

Por supuesto, todo esto pese a provocar enormes molestias y un cierto repliegue de la actividad económica —gran parte de la que depende del turismo y del consumo— no es nada en comparación con el abismo de una suspensión de pagos. Como nunca antes ha ocurrido algo similar, nadie es capaz de anticipar con exactitud qué es lo que puede suceder. Lo único que el Departamento del Tesoro ha advertido como un hecho ineludible es que, a partir de la medianoche de este miércoles, se quedará sin dinero para afrontar las deudas y sin instrumentos de ninguna clase acometer los pagos que vencen desde ese día.

Como ha sucedido desde que el país entró en paralización, ayer el Senado puso fin a las discusiones sobre su propio plan hasta que los representantes republicanos elaboren una vía alternativa antes de la fecha límite del 17 de octubre, cuando el Gobierno alcanzará su límite máximo de capacidad de endeudamiento.

Los líderes del Senado han estado cerca de alcanzar un acuerdo que reabriría el Gobierno y ampliaría el límite de endeudamiento fiscal hasta comienzos del 2014.

Los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes, han propuesto un plan que difiere en algunos detalles del que considera el Senado, pero fue rápidamente rechazado por la Casa Blanca y los demócratas, que tienen la mayoría en el Senado.

“Hay un montón de opiniones sobre la dirección que debemos tomar. No hay una decisión sobre exactamente qué haremos”, dijo a periodistas el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, tras una reunión.

“Vamos a seguir trabajando con nuestros miembros de las dos cámaras para tratar de asegurarnos que no se produzca un default y que se reabra el Gobierno”, agregó.

La falta de acuerdo de los legisladores republicanos de la Cámara de Representantes generó dudas sobre si finalmente se podría aprobar una ley.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos estima que el país alcanzará el límite de endeudamiento de 16,7 billones de dólares el 17 de octubre.

La paralización del Gobierno comenzó el 1 de octubre y llevó a que cientos de miles de trabajadores federales sean obligados a tomar licencia.

Si el Congreso no llega a un acuerdo el martes, el Gobierno no podrá pagar sus obligaciones desde tenedores de bonos a trabajadores que cobran beneficios por desempleo.

Pero analistas señalan que una cesación de pago en las obligaciones federales podría darse poco después, lo que generaría que el sector financiero estadounidense se paralice y genere una amenaza para la economía global.

El líder demócrata del Senado, Harry Reid, y su par republicano Mitch McConnell suspendieron las conversaciones hasta que los representantes republicanos elaboren un plan para proceder sobre el problema fiscal y de endeudamiento, dijo a periodistas el demócrata Richard Durbin.

Repercusiones globales

Anoche la agencia europea de calificación Fitch pone la deuda de Estados Unidos bajo vigilancia por el impasse fiscal, aunque de momento mantiene la triple A.

El economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, ha dicho que el fracaso de EE.UU. a la hora de aumentar el techo de la deuda, que se alcanzará el próximo 17 de octubre, “conduciría potencialmente a grandes alteraciones en los mercados financieros, tanto en EE.UU. como a nivel internacional”.

“Los efectos del fracaso a la hora de repagar la deuda se sentirían de forma inmediata”, ha subrayado Blanchard. “Creemos que el riesgo es bajo, pero de materializarse tendría graves consecuencias”.

No obstante, el FMI considera que EE.UU. —que estima crecerá un 1,6 % este año y un 2,6 % en 2014— será el principal motor de la economía global si logra solucionar la incertidumbre fiscal. —Agencias