La deslucida administración de las finanzas públicas se sigue llevando de encuentro la credibilidad de las entidades financieras estatales y a su vez de sus instrumentos financieros ante agencias calificadoras.
Esta semana la agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings redujo la nota nacional de largo plazo de los Certificados Fiduciarios de Participación Amortizables (CFPA) que son parte del Fideicomiso Ambiental para la Conservación del Bosque Cafetalero (Ficafe) y que están vinculados al Banco Hipotecario de El Salvador y al Banco de Fomento Agropecuario (BFA).
Y son precisamente estas dos instituciones financieras las que vieron caer su calificación el 18 de julio debido a diversos factores.
La agencia también redujo la calificación de Bandesal, que es el fiduciario emisor del Fideicomiso en mención.
Del Banco Hipotecario indicó que su riesgo aumentaba porque consideraba como factor de riesgo el elevado número de créditos refinanciados y reestructurados. La agencia indicó que no prevé una mejora sustancial en los indicadores patrimoniales del banco estatal, por lo que bajó su calificación de largo plazo de A+ a A-.
Del Banco de Fomento Agropecuario indicó que su riesgo aumentó debido a que “la morosidad de los préstamos es relativamente alta y evidencia el mayor perfil de riesgo de su mercado meta (pequeños agricultores y microempresarios). Su nota bajó de A+ a BBB+.
En el comunicado emitido la tarde de lunes, Fitch explica que “el Estado tendría interés de apoyar financieramente a las entidades estatales (bancos), aun cuando no tiene la obligación legal para hacerlo. Sin embargo, Fitch considera que no existe certeza de que dicho apoyo sea oportuno y suficiente”, indica el documento.
En palabras sencillas, la calificadora ve más riesgo de estos dos bancos debido a que sus condiciones económicas no son totalmente favorables y el Estado, que es su respaldo financiero, no está en la capacidad de asumir sus pagos, como lo demostró hace un mes en el caso de una deuda de $10.4 millones de Fonavipo.
De hecho, la baja calificación de estos certificados llega días después que la calificadora Fitch redujera a BB- la nota de la deuda soberana del Estado, lo que significa que se eleva el riesgo de que el país no pague a sus acreedores (organismos internacionales con quienes ha adquirido millonarias deudas).
Al ser consultada sobre la baja calificación, la presidenta del BFA, Nora de López, explicó que han enviado a la agencia una notificación en la que muestran su desacuerdo por la baja calificación y a su vez han solicitado detalles de las cifras que tomaron en cuenta para determinar la baja nota. Las instituciones contratan el servicio de Fitch.
“Durante todos estos años hemos venido trabajando en una mejora continua de los resultados del banco. Hemos aplicado muchas mitigantes de riesgo”, indicó.
Ficafe
Ficafe es, esta vez, el instrumento financiero señalado por la calificadora.
El fondo fue creado en 2001 para ayudar a los cafetaleros que en ese entonces no podían saldar sus compromisos con la banca, ya fuera por bajas cosechas, plagas u otro problemas.
Con este fideicomiso, el Gobierno se atribuyó el compromiso de pagar a los bancos una parte de las deudas de los cafetaleros y amplió a 20 años y con mejores intereses la cuota que debían pagar.
Pero el actual Gobierno eliminó ese pago, con lo cual la deuda la asumen los cafetaleros en su totalidad. Con la baja calificación de estos certificados “se afectará directamente la clasificación de los tramos de la respectiva contraparte” (los cafetaleros).