EPA, pasillos de ideas, inventiva y desarrollo

La ferretería venezolana inauguró ayer su segunda sucursal en el país. Tiene un área de 22,000 m²

descripción de la imagen
Los 29 pasillos de la tienda EPA Los Próceres agrupan las posibilidades creativas de los salvadoreños. FOTOS EDH / MARVIN RECINOS

Por Juan José Morales negocios@eldiariodehoy.com

2013-07-11 8:00:00

Muchas personas recorren amplios pasillos de piso pegadizo con el interés de encontrar el objeto de deseo que cambiará el estilo de esas cuatro paredes bautizadas como hogar. Abren cajas, prueban luminarias, tocan texturas, se sientan e imaginan las sensaciones. Es una experiencia aspiracional que no es inalcanzable. Es real.

La respuesta está en el amarillo, que según la teoría del color, genera calor, provoca buen humor y estimula la inspiración creativa. Por ello, al llegar a la nueva sucursal de EPA, el color de la luz del sol está en todas partes: desde en la mujer profesional que desea una cocina vanguardista, el hombre trabajador que quiere espacios más conceptuales y el joven estudiante que desea un aposento para el conocimiento. Los ejemplos sobran.

No es casualidad que así se identifique visualmente la cadena venezolana fundada en 1992. “Ayudamos a construir hogares”, dice su lema. Tampoco lo es que en el país se encuentre su segundo mercado importante fuera del país sudamericano, después de Costa Rica. Saben que acá, el salvadoreño cuida su casa, el activo más preciado de las familias, el lugar donde hay comodidad e intimidad. Siempre.

Cuando la ‘superferretería’ llegó al país en mayo de 2011 la idea era competir en un mercado donde la oferta en productos para construir, remodelar y decorar espacios habitacionales era amplia, fuerte e incluso hasta agresiva, según el análisis hecho en esas fechas por el gerente general de la cadena en Costa Rica, Ignacio Vieto.

Hoy, al entrar a su ‘Home Center’ del bulevar Los Próceres, cada persona ve posible darle personalidad a su ambiente y se vuelve un niño que busca con ansias saciar esa sede de imaginación porque el juego de comedor para el jardín puede ser multicolor, de madera tratada o de metal; las persianas venecianas, de tablillas o plegables; y la grifería de corte minimalista, funcional o rústico.

Para demostrar que el hombre está en armonía con la naturaleza, los jardines son la esencia de la frescura. Alejado del concreto de EPA, pero sin reñir con el concepto, un invernadero abraza plantas, flores, herramientas, sacos de abono y fungicidas, entre otros insumos donde la mano del hombre no se detiene.

“EPA ofrece una experiencia de más de 20 mil artículos”, dice la coordinadora de mercadeo, Angélica Ramírez. Pero no cuenta que detrás de cada producto hay diversidad, hay un momento divertido e inolvidable hay algo que no se explica, pero se vive. Es la parte de la ingeniería, la arquitectura y el urbanismo que no se ve.

Y es así que, casi desapercibido, a un costado de la monstruosa infraestructura de 22,000 metros cuadrados, una estación de autoservicio ¿en una ferretería? Sí, con 400 artículos, que podrían calificarse como ‘de primera necesidad’. Clavos, pegamento, focos, escobas, artículos de limpieza, aislantes; aquello que en cualquier momento puede ser útil para usted.

En el sentido comercial, la estrategia con la que EPA manejará su segundo local comercial no cambió. Diferenciación de productos entre el bueno, mejor y superior y que el cliente pueda escoger entre las distintas ‘calidades’ que cumple con requerimientos básicos y funcionales.

Mientras tanto todos siguen caminando. Minuto a minuto, las escenas de un hábitat mejor surgen. Los beneficios para el país: 200 nuevos empleos, un 50% de mercadería comprada a proveedores nacionales y más expansiones.

El amarillo se mantendrá por mucho tiempo. Y es en esas carretillas donde se transporta la renovación, la nueva efervescencia de las ferreterías. Es una expresión a la que todos llaman EPA.