Ingleses establecen nueva escala de clases sociales

Analistas salvadoreños consideran que la sociedad salvadoreña está compuesta por una clase media "aspiracional", cuyo perfil no depende de los ingresos o salarios

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Trabajadores emergentes son aquellos que tienen poco capital cultural o social. Foto EDH / archivo

Por Juan José Morales negocios@eldiariodehoy.com

2013-04-14 8:00:00

La idea simplista de un mundo de proletarios y de clases altas está llegando, teóricamente, a su fin.

Un revelador estudio, publicado la semana pasada en la revista científica “Sociology”, ha dejado una nueva fotografía de la sociedad del Reino Unido y varios cuestionamientos de las limitaciones de un viejo esquema con el que aun se describen sociedades como la salvadoreña.

Así, solo el 39% de la población británica encaja dentro de las tradicionales clases “alta, media y trabajadora”, cifra que evidencia las nuevas transformaciones económico-sociales y culturales que experimenta Europa y el resto del mundo.

Las nuevas clases sociales británicas son: elite, clase media establecida, clase media técnica, nuevos trabajadores pudientes, clase trabajadora tradicional, trabajadores emergentes de servicio y precariato.

Este esquema está basada en el llamado “Sondeo Británico de Clases”, el mayor estudio sobre clases sociales, en el que participaron más de 160 mil personas y que fue coordinado por la cadena BBC.

Históricamente las clases sociales se han definido por la ocupación, riqueza y educación de un individuo.

Pero este estudio argumenta que estas categorías son demasiado simplistas y sugiere que la clase social tiene tres dimensiones: económica, social y cultural.

Fiona Devine, académica de la Universidad de Manchester quien participó en la investigación, afirmó que se ha encontrado un perfil más sofisticado y matizado de las clases y que esto debe de ser tomado en cuenta para la elaboración de nuevas políticas públicas.

“Seguimos teniendo una elite de gente rica arriba y los pobres abajo, con niveles muy bajos de interacción social o cultural, pero lo interesante está en el centro, donde existe un área mucho más difusa entre la clase trabajadora tradicional y la clase media emergente”, aseguró.

Para el nuevo modelo los investigadores midieron capital económico — ingresos, ahorros y valor de la vivienda — y capital social como el número, empleo y estatus social de las personas que el individuo conoce.

También se analizó el capital cultural, definido como la extensión y naturaleza de los intereses y actividades culturales.

Según los investigadores aunque el grupo de la elite ya había sido identificado anteriormente, ésta es la primera vez que se le coloca en un análisis más amplio de la estructura de clases, ya que normalmente se le ubica en el rango de los profesionales y gerentes (similar a El Salvador).

Y en el extremo opuesto está el precariato -el grupo con mayores privaciones del país- que según el sondeo está formado por 15% de la población británica.

El Salvador, aspiracional

Para varios analistas económicos salvadoreños el estudio realizado en Reino Unido demuestra el carácter cambiante y heterogéneo que en las últimas décadas están experimentado las naciones.

En el caso salvadoreño, muchos coinciden en que hay una nueva estructura social caracterizada por el hecho de que la población es en su mayoría urbana, algo que construye un perfil social de clase media donde, más allá de los recursos económicos, están en juego las aspiraciones y pretensiones individuales o familiares.

Arturo Cruz, economista y catedrático del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), afirma en un artículo titulado “Entrampamiento de El Salvador y sus escenarios políticos” que la mayoría de salvadoreños desean bienes que permitan certeza de movilidad social, sin importar la capacidad adquisitiva.

Reforzando esta idea, el analista Manuel Hinds afirmó que investigaciones como la realizada en Gran Bretaña pueden imitarse en el país en la medida que den nuevos insumos garantizar la efectividad de diversos programas gubernamentales.

Sin embargo, advierte que son los objetivos de la investigación los que determinan la categorización y el filtro que permita “superar” la escala de clases lineal y tradicional.

Para ejemplo, Hinds recuerda que la pobreza no se demuestra de igual forma en la ciudad que en el campo y que a una persona de clase media que reciba remesas le afectan en menor proporción las alzas de precios de los alimentos que a otra que solo depende de su salario. “La clase baja urbana y rural son completamente diferentes. Es muy probable que la escala utilizada en Reino Unido no sea compatible debido a la naturaleza de los capitales y de las circunstancias de la pobreza”.

Hay que recordar que en la actualidad los que sostienen a muchos salvadoreños son los que Cruz denomina “la diáspora económica”, personas que incluso desempeñan hasta tres empleos para hacer llegar un flujo de divisas anual de hasta $3 mil 910 millones, según últimas cifras del Banco Central de Reserva (BCR).

Las mayores coincidencias entre el documento inglés y la realidad salvadoreña se encuentran en grupos como los “trabajadores emergentes”, una clase joven y urbana que es pobre pero que posee capital social y cultura, y la clase “media técnica” formada para incursionar en sectores de producción de bienes y de servicios que muestran aislamiento a las cuestiones sociales y culturales.

Estas investigaciones a largo plazo demuestran las múltiples variables que se relacionan en la economía para construir un “Estado del Bienestar” y eliminar el antiguo concepto de clasismo.