Un equipo de reporteros del noticiero Hechos de canal 12 fue amenazado de muerte ayer mientras daba cobertura periodística a una audiencia, en el Tribunal Primero de Paz de Santa Tecla, donde tres sujetos acusados de lesionar de bala a un hombre la semana pasada fueron enviados a prisión provisional.
El canal 12, a través de sus cuentas de Twitter y Facebook, difundió un video donde se observa a un sujeto a bordo del carro placas P28-630, que se atraviesa frente al vehículo donde van los periodistas, saca un arma de fuego, les apunta en una clara amenaza y luego se marcha.
El canal denunció que minutos antes de eso, el sujeto les dijo a los comunicadores que si salía la noticia de la diligencia que se estaba realizando “no respondían por la vida de camarógrafos y periodistas de Hechos”.
La empresa reaccionó: “Como Noticiero Hechos y canal 12, que siempre nos hemos caracterizado por decir la verdad, reiteramos a la población salvadoreña y del mundo entero que nadie nos va a amedrentar y que siempre diremos la verdad”.
Según la televisora, la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) se mostró preocupada por el incidente contra los periodistas.
Agregó que para el presidente de la APES, José Luis Benítez, “es la oportunidad para que se cree una comisión, entre PNC y Fiscalía, para investigar casos de amenazas a periodistas, porque esto no solo atenta contra la persona, sino contra la libertad de expresión”.
Mientras que la asociación escribió en su cuenta de Twitter: “APES condena amenazas directas contra equipo de canal 12 y demanda acción inmediata de autoridades policiales y fiscales”.
Tres a prisión por tiroteo
El Juzgado de Paz de Santa Tecla envió a la cárcel ayer a Héctor Geovanni Galdámez, Samuel Hernández y Marcos Leopoldo Melgar Hernández, por homicidio tentado imperfecto en perjuicio de Javier Osiris Sánchez.
Según la Fiscalía General, los tres imputados atacaron en dos ocasiones a balazos, el pasado 16 de enero, cuando este salía de un casino en Ciudad Merliot.
Las autoridades creen que se trató de un ajuste de cuentas por problemas de drogas o rencillas entre deportados que pertenecieron a pandillas rivales en Estados Unidos.