Marquesote con sello de San Ramón

En esta localidad todavía hay algunas familias que producen desde hace años este tipo de pan sin el uso de máquinas. Si usted tiene suerte de probarlo recién salido del horno, le encantará.

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Foto/ Jessica Orellana

Por Susana Joma

2018-04-15 6:28:08

Aunque San Ramón, uno de los municipios de Cuscatlán, se caracteriza por el cultivo de hortalizas, también es conocido por los marquesotes que algunos residentes de la localidad producen de forma artesanal.

Felícita Chávez es una de las ramonenses que, junto a su hija Rosalina del Carmen y su sobrina Flor, se dedica a la producción artesanal de este sabroso pan, actividad que les ha permitido salir adelante como familia.

Ella está muy orgullosa de su labor al punto que a quienes visitan su casa no les permite marcharse sin que hayan degustado el fruto de su trabajo.

Ella puede preparar marquesote desde que era niña. Y es que, según cuenta, al ver los apuros que pasaba su madre para sostenerla a ella y sus hermanas, se decidió por aprender esta actividad junto a un tío y, luego, como le gustó tener centavos en su bolsa, optó por dedicarse a ello.

El marquesote ya listo para comercializar en San Ramón o Cojutepeque.

Foto/ Jessica Orellana

“Con esto mantuve mi casa y mis cuatro hijos. Todos son bachilleres y tengo una hija que tiene segundo año de universidad. Gracias a Dios a puro marquesote les pude dar estudio”, afirma con una gran sonrisa.

Felícita, quien solo descansa un día a la semana, explica que hacer marquesote de manera artesanal no es fácil porque no se cuenta con la ayuda de máquinas y no cualquiera quiere llegar a trabajar en ello.

La jornada en la humilde casa de estos ramonenses inicia a las 6:00 a.m. y a eso de las 9:00 ya han sacado del horno un lote de marquesotes, un proceso.

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Según explica, su marquesote es diferente de los que se preparan en otros lugares, no tanto por el hecho de que hasta este momento todo el proceso es manual, si no porque en su caso no emplea royal ni levadura para que crezca, ya que considera que “eso como que lo arruina (el producto)”.

“Solo separamos la clara y la yema. Batimos la clara y después echamos la yema, el azúcar y la harina de pan. Lo hacemos muy natural, sólo con un poquito de canela, un poquito de limón para quitar la chuquía y ya, queda bien rico”, afirma con un viso de satisfacción.

Foto/ Jessica Orellana

Explicó que la parte del proceso que más cuesta es batir todos los ingredientes y lograr que la mezcla esté bien dura, maciza, porque se cansan los brazos. Esto lo hacen con ayuda de una paleta de madera y se turna con Flor, con Rosalina, incluso con su esposo, quien usualmente se dedica a la agricultura.

“Cuesta (batir) porque se rompen los tejidos de la piel (de las manos). Si usted me ve, aquí estoy con los tejidos de la piel cortados, de batir y remoler, pues batimos a pura mano”, comenta.

Esta residente de San Ramón señala que para fabricar sus productos no utiliza cualquier huevo, en su caso utiliza solo los que ponen las gallinas rojas y no los compra a granjas pequeñas “porque el huevo de las granjas grandes sale muy batida la yema con la clara”.

Una vez terminado el producto lo vende al por mayor y al menudeo. El costo unitario es de $0.35.

Aprovecha para comercializar su pan durante las fiestas patronales del pueblo y de otros municipios del mismo departamento que están vecinos, como Candelaria y San Antonio del Carmen.

El marquesote de Felícita ha trascendido fronteras. Cuenta hay gente que le compra para llevárselo fuera de nuestras fronteras: “También hay gente que lleva para Estados Unidos, dos docenas a tres docenas”, explica.

Si bien Felícita está muy contenta con el trabajo que hace no descarta mejorar, lo cual pasa por comprar una batidora industrial.

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Semanas atrás que se visitó San Ramón, el alcalde, Fredy Alvarado, manifestó que como parte del esfuerzo que estaban haciendo por rescatar tradiciones y otros aspectos culturales, tenían contemplado potenciar el marquesote como marca, emulando la experiencia de otras localidades, tal es el caso de Santa María Ostuma, departamento de La Paz, con la piña.

Alvarado citó que el año pasado, con el apoyo del Ministerio de Turismo (Mitur) llevaron a cabo el festival de marquesote y la aceptación de la gente ha sido bastante buena, al punto que hubo personas que pidieron ayuda a la comuna para que hicieran algún envío al extranjero.