Como cada Viernes Santo los salvadoreños mostraron su creatividad al momento de elaborar alfombras.
Muchas libras de sal y aserrín fueron utilizados para crear los cuadros a plena calle y bajo el inclemente sol. Llamados a parar la violencia, preservar el medio ambiente y momentos religiosos fueron algunos de los temas representados.
“Es el tercer año que participo, la idea es preservar la tradición”, comentó Karla Trejo, de 24 años y con 8 meses de embarazo, mientras ultimaba los detalles de una alfombra frente a la Catedral de San Salvador.
Para ella, la jornada inició a las 3:00 de la tarde del jueves y se prolongó durante las siguientes 10 horas hasta que el cansancio la venció; luego, con los primeros rayos de sol, retomó la faena.
Mientras, los habitantes de la colonia Buenos Aires, de Sensuntepeque, Cabañas, elaboraron su tradicional mega-alfombra, la cual midió más de tres cuadras.
Además, los pobladores de la colonia El Bosque, en San Salvador, no se quedaron atrás y elaboraron una alfombra de 165 metros, para lo cual utilizaron dos toneladas de sal y cuatro de aserrín.