Un integrante de la pandilla Mara Salvatrucha (MS13) fue condenado este viernes a 35 años de prisión por matar a su compañera de vida, identificada como Rosa Magdalena Cerritos, de 26 años de edad, según información de la Fiscalía General de la República.
Felipe Antonio Martínez Molina, de 30 años de edad, fue procesado en el Tribunal de Sentencia de la localidad de San Vicente por el delito de feminicidio agravado.
Señaló que por este mismo crimen también fue sentenciado a 15 años de prisión a Edgar Armando Cubas Vásquez, de 26 años, por complicidad.
Según la Fiscalía, el hecho sucedió el 16 de diciembre de 2015 en la vivienda de la víctima, ubicada en la colonia Vista al Volcán, en el municipio de Guadalupe.
Magdalena Cerritos fue sorprendida cuando salía del baño de la vivienda, ubicada en el patio de su casa, por un grupo de terroristas que portaban armas cortas de fuego.
De acuerdo a la prueba testimonial, al percatarse de la presencia de los mareros, entre ellos su pareja, le dijo a su marido, “no me mates”, pero el terrorista la tomó del cabello y la metió en el baño donde le disparó dos veces en la cabeza.
El Salvador es uno de los países más peligrosos para las mujeres, denuncia Amnistía Internacional
Entre los 3,605 asesinatos registrados durante 2017 se registraron al menos 429 feminicidios, lo que supone una tasa de estos crímenes de odio superior las doce por cada 100,000 habitantes mujeres
Según Amnistía Internacional (AI), los altos niveles de asesinatos y la prohibición total del aborto mantienen a El Salvador como uno de los países “más peligrosos” del mundo para las mujeres.
En su informe anual, AI señaló que “los elevados índices de violencia de género seguían haciendo de El Salvador uno de los países más peligrosos para las mujeres” en 2017 y apuntó que, pese a una sensible baja en las muertes violentas, la nación “continuaba teniendo una de las tasas de asesinato más altas del mundo”.
La organización sostuvo que entre los 3 mil 605 asesinatos registrados durante 2017, al menos 429 fueron feminicidios, lo que supone una tasa de estos crímenes de odio superior a 12 por cada 100 mil habitantes mujeres, por encima de lo considerado internacionalmente como una epidemia.