Muchos católicos verán a Monseñor José Gregorio Rosa Chávez -el salvadoreño que en su infancia más de una vez jugó de oficiar misa con los amiguitos que tenía en el municipio de Sociedad, Morazán- convertirse hoy en cardenal de la Iglesia Católica; un título honorífico que, de acuerdo con sus palabras, nunca imaginó ostentar.
Ha transcurrido un mes desde aquel domingo 21 de mayo en que corrió la buena noticia de que el Papa Francisco había anunciado que Monseñor Gregorio Rosa Chávez vestirá de púrpura, y desde entonces, los textos sobre su vida se han multiplicado en los medios informativos laicos y católicos del mundo.
Las expectativas sobre el papel que jugará en el gobierno de la Iglesia Católica también se mantienen vigentes, aunque en sus primeras declaraciones a la prensa, y tras conocerse la buena nueva, aseguró que “El Salvador necesita un trabajo sin descanso para superar esta situación (de violencia) y en eso estamos…”.
Monseñor Rosa Chávez, quien cumplirá los 75 años el 3 de septiembre próximo, ha fungido como Obispo Auxiliar de San Salvador desde el 17 de febrero de 1982, y es el primer religioso con ese cargo que ha sido escogido para ser cardenal. Muchos siguen insistiendo en asociar eso con el hecho de que es el sacerdote que trabajó más de cerca con el beato Monseñor Óscar Arnulfo Romero, una figura a la cual el actual Papa Francisco guarda mucha admiración.
Te puede interesar: Cinco curiosidades que quizás no sabías de Monseñor Gregorio Rosa Chávez
Pasado el asombro que le causó la decisión del Papa, este sacerdote salvadoreño ha mantenido un tono ecuánime y humilde durante los contactos que ha tenido con la prensa, y de hecho dedica su nombramiento a Romero, su maestro.
La revista católica Alfa y Omega señala que en una entrevista que sostuvieron con Rosa Chávez este les explicó: “… Pienso que esto es un homenaje a él (Monseñor Romero) y lo voy a recibir en su nombre. Él mereció esto, Dios se lo dio antes cuando le dio la púrpura de su sangre martirial, así que estoy con mucha paz porque todos relacionan esto con Romero. Eso me da a mí mucha paz y también mucha tranquilidad”.
Y es que el futuro Cardenal cultivó una estrecha amistad con Monseñor Romero desde 1977, cuando este asumió como arzobispo y lo nombró para presidir la oficina de comunicaciones de la iglesia. Junto a él vivió capítulos difíciles para la Iglesia y el país en tiempos de la guerra, y tras su asesinato ha abogado para que sea elevado a los altares.
A Rosa Chávez se le reconoce haber participado en las negociaciones de paz entre el gobierno y la entonces guerrilla.
En otra nota publicada en el periódico católico digital INFOVATICANA se expone que el obispo Rosa Chávez, pese a tener una larga y destacada trayectoria pastoral, en una ocasión aseguró a un periódico digital local que nunca buscó poder ni hacer carrera en el seno de la Iglesia.
Y esas palabras no estarían lejanas considerando que el cardenalato le llegó en momentos en que se preparaba para renunciar al cargo de Obispo Auxiliar y dedicarse a escribir un libro, como lo reiteró el pasado sábado, durante una eucaristía que ofició horas antes de viajar hacia Roma, Italia.
En los días previos a su investidura, y pese a su apretada agenda, ha mantenido su acercamiento con los fieles de la iglesia San Francisco, a su cargo desde hace varios años, y no ha dejado de brindar una sonrisa y palabras de aliento cuando ha sido necesario. La feligresía le ha correspondido con afecto a su entrega y labor pastoral. De hecho muchos han sido los que le despidieron y viajaron con él para estar en la ceremonia en la que asumirá el purpurado.
Gregorio Rosa Chavez junto al Obispo José Luis Monseñor Alas en una misa en la colonia Monserrat en 2010.
Aunque el religioso marchó sin la certeza de porqué el Sumo Pontífice le escogió para ser cardenal -y guarda la esperanza de que pronto le confíe sus razones y el papel que deberá jugar en la Iglesia- ya ha expresado su voluntad de servir bien al Santo Padre.
También puedes leer: Sociedad, la tierra natal de Monseñor Rosa Chávez
“Él dejó muy claro que nos quiere a su lado para gobernar la Iglesia, porque necesita a su lado gente en la cual puede confiar”, dijo monseñor Rosa al periodista Andrés Beltramo Álvarez, del periódico digital Alfa y Omega, en una entrevista que le hizo recientemente, y en la que evidenció respeto al trabajo que está realizando el Pontífice.
“Está destinado a la crítica feroz. Él lo sabe y vive esto con un grandísimo humor, no se hace problema, no le quita el sueño. Eso es una gran lección para nosotros. Uno a veces se deprime porque no sabe leer más allá. Él mira más allá, a Jesús que va adelante con los pies ensangrentados. Va a poner sus pasos en las huellas del Señor, que muchas veces no son de gloria, son de sufrimiento. El Papa nos enseña a ver una cruz que se ilumina y da al mundo una esperanza. Así de sencillo es el mensaje, así de actual y necesario en el mundo de hoy”, afirmó Rosa Chávez.
Así, marchó al Vaticano consciente de la gran responsabilidad que conlleva ser cardenal, encomendándose hasta último minuto a Dios y pidiendo a los católicos salvadoreños, que verán la ceremonia de investidura por televisión, que oren por él.