Tal parece que el tan publicitado plan de prevención El Salvador Seguro que se implementa en 26 municipios no tuvo los efectos deseados contra la violencia y el crimen en esas ciudades en el 2016.
De los 20 municipios más violentos que hubo el año pasado, en 16 de ellos se implementa el plan de prevención El Salvador Seguro. Esta estrategia viene siendo impulsada desde el 2015 con el fin de eliminar los factores que generan delincuencia y violencia, en especial la causada por las pandillas.
Los informes finales de la Fiscalía General y el Instituto de Medicina Legal coinciden en que la lista de los municipios con el mayor número de homicidios del año pasado es encabezada por San Salvador, en cuyo territorio se registraron 443 muertes violentas.
Las otras ciudades en su orden correlativo son: San Miguel, Soyapango, Izalco, Santa Ana, Mejicanos, Apopa, Ciudad Delgado, San Pedro Perulapán, e Ilopango.
También otros de los municipios con altos índices de homicidios en el 2016 fueron San Martín, Jiquilisco, San Juan Opico, Usulután, Cuscatancingo, Panchimalco, Nahuizalco, Olocuilta, Ilobasco y Colón.
Las poblaciones de Ilobasco, Ilopango, Panchimalco y Cuscatancingo; no están incluidos en los 26 municipios en los que se desarrolla el referido plan que busca reducir los índices delictivos, pero con acciones preventivas.
Nueve de esos municipios pertenecen al departamento de San Salvador.
Segundo año con más violencia
A raíz de la violencia criminal desatada a lo largo de los 365 días del año pasado, 5,277 personas murieron, ya sea porque fueron asesinadas o en tiroteos con las fuerzas de la seguridad pública, según las cifras de Fiscalía y el Instituto de Medicina Legal.
La Policía reporta una muerte más con respecto a las otras dos instituciones, es decir, 5,278 víctimas de la violencia. Aún falta que las tres instituciones, Fiscalía, Medicina Legal y Policía, acuerden una cifra oficial de homicidios en el 2016.
La Fiscalía General y Medicina Legal registran en sus bases de datos que de las 5,277 víctimas, 4,753 eran hombres y 520 mujeres. Hubo cuatro víctimas a quienes no se les determinó el sexo por las condiciones putrefactas en las que los cadáveres fueron encontrados.
Los menores y los jóvenes siguen siendo los blancos principales de la violencia.
Los registros de la Fiscalía dan cuenta que el 47 por ciento de las víctimas (2,447) tenían entre los 18 y 30 años de edad; mientras que 618 de los asesinados tenían entre 11 y 17 años.
Hubo 11 niños de menos de un año hasta 10 años que también fueron víctimas de la violencia.
Otros de los datos que llama la atención es el que 1,653 de las víctimas eran personas mayores de 30 años y menores de 50 años.
Mientras que 420 víctimas tenían más de 50 años, y hubo 128 víctimas a las que no se les pudo establecer su edad por las avanzadas condiciones de putrefacción en la que se encontraban los cadáveres.
Las autoridades de Seguridad Pública han señalado que la mayoría de las víctimas de la violencia eran pandilleros o personas que tenían algún vínculo con éstos grupos ilegales.
Los registros de la Fiscalía General señalan lo contrario, porque de las 5,277 víctimas de la violencia que tiene registradas la referida institución, solo 1,595 eran pandilleros, es decir, un 30 por ciento del total. 937 pertenecían a la mara Salvatrucha (MS) y 658 pandilleros de la 18.
Pero, las autoridades policiales aseguran que a medida se profundizan las investigaciones de los homicidios, éstas van estableciendo que más víctimas resultan ser que eran pandilleros o estaban relacionadas con esos grupos ilegales.
De los 1,595 pandilleros, 603 de éstos murieron en supuestos tiroteos con policías y soldados en el transcurso del 2016, refieren las autoridades.
Las bajas entre las fuerzas de seguridad alcanzan los 43 policías y 21 soldados asesinados o que murieron en algún enfrentamiento con las pandillas, según la Fiscalía.
La Policía reconoce que 47 de sus integrantes y 22 militares murieron en acciones violentas, ya sea porque los asesinaron en su tiempo libre o perdieron la vida en tiroteos.