El Garrobo, uno de los más buscados por la Policía, fue abatido cuando iba a recibir $30 mil de una extorsión

FGR asegura que tiene videos donde el terrorista descuartiza a sus víctimas. Le achacan asesinatos de varios policías y soldados

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Foto Por FGR

Por El Diario de Hoy

2016-12-23 7:30:00

Tras casi un año de escabullírsele a policías y militares, René Mauricio Rivas Castro cayó abatido el miércoles anterior cuando se disponía a recibir, según él, la suma de 30 mil dólares que le había exigido a un empresario del oriente salvadoreño a cambio de no hacerle daño.

Sin embargo, no se percató de que la entrega del dinero estaba siendo controlada por investigadores policiales que, aparentemente, tampoco sabían que quien iría a recoger el dinero sería nada menos que el Garrobo, ese cabecilla de la Mara Salvatrucha (MS-13) que desde principios de ese año era buscado con unidades élites de la Policía Nacional Civil (PNC) y fuerzas militares.


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Al percatarse de la trampa, el Garrobo y los secuaces que lo acompañaban intentaron escapar como lo había hecho muchas veces.

Sin embargo, esta vez no tuvo suerte. Dos de los compinches que lo acompañaban fueron alcanzados por las balas. Y él también. Con la gran diferencia de que las heridas de bala del cabecilla resultaron letales, mientras que las de los otros dos eran lesiones superficiales, pues fueron dados de alta este jueves.

El Garrobo murió en la cama de un pick up de la corporación policial en el que fue trasladado desde San Rafael Cedros, donde ocurrió el tiroteo, hasta el hospital nacional de Cojutepeque, según informó la Policía.


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Los investigadores policiales se enteraron quién era el pandillero muerto cuando unidades de Cuscatlán y San Vicente llegaron a apoyarlos.

El miércoles, la Fiscalía General de la República informó en su cuenta de Twitter, que Rivas Castro era un homicida múltiple.

“Fallecido tenía diversas órdenes de capturas por homicidios y extorsiones. Según investigaciones mató a un investigador DIN San Vicente. Videos en poder de la FGR muestran al pandillero de la MS, que falleció en intercambio de disparos con la PNC, descuartizando a víctimas”, tuiteó la Fiscalía el mismo miércoles.

Por su parte, el director de la Policía, Howard Augusto Cotto, escribió en la misma red social: “Cabecilla homicida Mauricio Rivas (a) Garrobo murió hoy al atacar @PNC_SV en #SanRafaelCedros”.

Una de las últimas víctimas de el Garrobo

Hace unas semanas, en un cantón del municipio de San Sebastián, departamento de San Vicente, fue asesinada una comerciante, según fuentes policiales.


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La mujer era propietaria de una pequeña tienda a donde el Garrobo y otros pandilleros estaban departiendo con unas mujeres que habían llegado a visitarlos de otros lugares.

De alguna forma la Policía se enteró de la reunión y el Garrobo logró escapar, no así las mujeres.

Horas después, el cabecilla regresó a la tienda y se llevó a la propietaria de la tienda, una señora de unos 50 años, le colocaron un lazo en el cuello y la arrastraron hasta un lugar donde la mataron.

Las fuentes consideran que el Garrobo sospechó que la mujer los había denunciado, pero no fue así, aseguran las fuentes.

El Garrobo filmaba descuartizamientos

En redes sociales han circulado varios vídeos en los que el Garrobo aparece mutilando a sus víctimas.

La Policía logró obtenerlos conforme fueron decomisando teléfonos que  portaban los pandilleros muertos en enfrentamientos o que eran abandonados cuando escapaban.

En uno de esos vídeos el cabecilla aparece mutilando a un hombre que, supuestamente, era un joven que se dedicaba a hacer viajes en un camión pequeño.


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En el mismo, se le ve bromear al cabecilla con las partes mutiladas de su víctima.

En las memorias de los teléfonos decomisados también encontraron imágenes de cuando el Garrobo participó en el asesinato de un agente de la Policía Rural de San Vicente, identificado como Javier Antonino Díaz Portillo.

Los restos de este policía fueron localizados el 23 de noviembre anterior en el caserío San Lázaro, en Apastepeque.

Los criminales lo habían sepultado haciendo pasar 20 meses de angustia a su familia.

Según fuentes policiales, el Garrobo también participó en el asesinato del agente policial Cristian Nery Abarca Ayala, hecho que cometieron el pasado 15 de noviembre en el caserío Los Rivera, cantón Los Laureles, en San Sebastián San Vicente.

Las fuentes aseguran que el Garrobo y su estructura criminal son los responsables de los asesinatos del sargento de la PNC y subjefe de la Base Rural de San Vicente, Francisco Noé García Reyes, de 40, cometido el 4 de julio de este año en el municipio de Verapaz, y del agente Raúl Sarvelio Ayala Barahona, a quien acribillaron el 15 agosto, en la colonia Santa Fe, de San Sebastián, ambos municipios de San Vicente.

La Fiscalía lo señala también de ser el responsable del asesinato de un investigador policial identificado como Joaquín Isaías Rosales, cometido el 5 de junio de 2014.

La lista de homicidios cometidos por el Garrobo, según fuentes policiales, es larga. En ella también está incluido el asesinato del soldado de la Quinta Brigada, José Israel Cruz Ramírez, de 33 años, cometido el pasado 25 de diciembre en el cantón Veracruz, del municipio El Rosario, en Cuscatlán.

Así como del sargento Óscar Geovany Andrade Osorio y de la secretaria Santos Leonor González, ambos pertenecientes a la Quinta Brigada de Infantería, con sede en San Vicente, quienes fueron asesinados el 15 de febrero y el 16 de marzo de este año, en el cantón Cutumayo, de Apastepeque.

“Estos son solo homicidios contra policías y militares. Imagínese cuántas personas civiles mató”, comentó la fuente policial que  ayer se regocijaba por la muerte del cabecilla terrorista. 

Rivas Castro, según fuentes policiales, era un cabecilla que tenía el mando de la MS-13 en todo el departamento de San Vicente y parte de los departamentos colindantes como Usulután, La Paz y Cuscatlán.

El jueves, en la morgue judicial, la madre de Rivas Castro se imitó a hacer un gesto de desaprobación cuando se le preguntó si sabía de los crímenes que le imputaban a su hijo.

La mujer, de unos 65 años, dijo que su hijo se hizo pandillero hace unos ocho años y que desde hacía aproximadamente tres no lo había visto ni se comunicaba con ella.

Al preguntarle si tenía más hijos y si estos también andaban en pandillas, la mujer se santiguó primero para después responder: sí tengo dos hijas, pero ellas no andan en malos pasos, gracias a Dios.