Fiscales y policías decomisaron teléfonos móviles en el sector 2 del centro penal de Izalco, Sonsonate, tras notar que un aparato comenzó a sonar cuando le estaba entrando una llamada telefónica.
Lo anterior demuestra, según una de las fiscales que supervisó una requisa en el referido reclusorio, que los pandilleros presos en ese lugar siguen recibiendo y haciendo llamadas para extorsionar a sus víctimas desde ahí.
“En el momento en el que estábamos haciendo la incautación de uno de los teléfonos celulares, ingresó una llamada hacia ese aparato celular, lo que nos corrobora que aún hay tráfico de llamadas desde el interior del centro penal a pesar de las medidas extraordinarias”, dijo la fiscal que desistió de ser identificada.
Agregó que las autoridades de Seguridad Pública tienen que aumentar el monitoreo del bloqueo a las antenas de telefonía en los alrededores del referido penal, porque “todavía hay señal que se puede detectar acá en el centro penal de Izalco”.
La fiscal explicó que incautaron cartas que los mareros enviarían a sus familiares y donde les decían que tenían que depositar el dinero supuestamente de las extorsiones, en las cuentas de las tiendas de los penales para hacer compras en las mismas.
“Ahí estamos dando por sentado de que el flujo de dinero que está ingresando en las tiendas de los penales es producto de la misma extorsión o de actividades ilícitas financieras que desarrollan los pandilleros que se encuentran libres”, dijo la fiscal.
La requisa se realizó en las celdas 12 y 13 del sector dos de la referida penitenciaría, la cual es uno de los siete reclusorios con población de pandilleros que se mantienen bajo las medidas extraordinarias desde finales de marzo de este año. En ese mismo sector, se descubrió en septiembre pasado que los internos cavaban un túnel para escapar.
Con la requisa también pretendían obtener evidencias que les permitan esclarecer las muertes de nueve personas en dos masacres; registradas en septiembre del año pasado y en junio de este año en el referido penal.
Una de las matanzas ocurrió el 12 de 2016. Cuatro reclusos de ese penal fueron asesinados por otros internos en aparente ajuste de cuentas entre la pandilla. Otro cuádruple se registró el 11 de junio pasado en el mismo penal, mientras que dos días después se registró otro asesinato.
Hubo necesidad de que la Fiscalía utilizara taladros hidráulicos para romper el concreto y buscar posibles escondites de los pandilleros para guardar celulares, armas y otros objetos ilícitos. En junio pasado, el fiscal general, Douglas Meléndez confirmó que seguían saliendo llamadas telefónicas desde los penales de Izalco y Ciudad Barrios.